El Songhua es un viejo conocido de las autoridades de pesca de medio mundo. En 2008, cuando se llamaba el Paloma V
y tenía bandera de Namibia, Australia lo denunció por pesca ilegal y
entró en la lista negra de la Comisión para la Conservación de los
Recursos Marinos Antárticos (CCRMA).
Poco importó. Desde entonces ha tenido otros siete nombres y banderas
de Camboya, Mongolia, Tanzania, Indonesia y finalmente de Guinea
Ecuatorial.
El pasado 6 de enero, la marina de Nueva Zelanda localizó al Shongua pescando ilegalmente en aguas de la Antártida controladas por él . “En el momento de su detección, el Songhua
estaba izando unas redes de enmalle cargadas de austromerluza. La
utilización de redes de enmalle es un método de pesca prohibido en el
área”, señala la nota púrpura de localización que dio Interpol solo una semana después en la que pedía la colaboración internacional contra él.
"Cuando la lancha patrullera se acercó al Songhua, su
tripulación siguió faenando y no dio ningún signo de que fuera a
interrumpir la pesca y a abandonar la zona. De esta observación se
deduce que el Songhua permanecerá en el área regulada por la
CCRVMA [un convenio de 1982 para conservar la flora y la fauna marina de
la Antártida] y continuará capturando su especie preferida: la
austromerluza", añade la notificación. Interpol preguntó a Guinea Ecuatorial, que dijo no conocer el buque.
El Songua no faenaba solo. “Se cree que el Songhua
se dedica a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, junto con
otros dos buques igualmente acusados de practicar esta actividad
ilícita, el Kunlun y el Yongding, que también fueron
detectados en las inmediaciones por la misma lancha patrullera”, añade
Interpol, que señala que "en la actualidad es supuestamente propiedad de
Eastern Holdings Ltd., al parecer una empresa fantasma con sede en
Belice".
El ministro de Exteriores de Nueva Zelanda, Murray McCully, declaró entonces,
según la prensa local: “Dos de estos barcos han sido relacionados con
la empresa española Vidal Armadores”. Se trata de un sospechoso habitual
en estas operaciones con el que este diario intentó, sin éxito,
contactar ayer,
Nueva ley de pesca
En condiciones normales esa nota púrpura de Interpol estaría
condenada a la melancolía. Habitualmente, esos barcos no tienen dueño,
ni bandera y una maraña de empresas enmascara sus propietarios. Pero
solo unas semanas antes, el 27 de diciembre, el Boletín Oficial del Estado publicaba la reforma de la Ley de Pesca
impulsado por el Ministerio de Agricultura español que incluía medidas
para “prevenir, desalentar y eliminar la actividad de buques apátridas,
buques con pabellón de países calificados reglamentariamente como de
abanderamiento de conveniencia”.
Comenzó la Operación Sparrow, en honor al protagonista de Piratas de Caribe. En marzo, inspectores de Pesca pasaron 70 horas
en la sede de Vidal Armadores en Ribeira (A Coruña) una pequeña
localidad señalada durante años como uno de los focos de la pesca ilegal
en la Antártida.
“Hemos analizado más de 3.000 documentos y hay una maraña de
empresas”, explican fuentes del caso. Pesca señala a “españoles que,
presuntamente, realizaban operaciones a través de diferentes sociedades
interpuestas, domiciliadas en Belice, Panamá y Suiza”.
Pese a la dificultad, y en una operación sin precedentes, Pesca anunció el viernes
que ha impuesto 19 sanciones muy graves a siete empresas. Todas,
relacionadas con Vidal Armadores, según fuentes del caso, aunque no la
cita el comunicado oficial. el ministerio les imputa "la presunta
gestión directa de diversas empresas pantalla, domiciliadas en terceros
países, encargadas o bien de la gestión, explotación y propiedad de los
citados buques, o bien del ejercicio de actividades mercantiles,
comerciales, societarias y financieras directamente relacionadas con la
actividad de dichos barcos". "Han tenido banderas de Mongolia, de
Camboya, de Tanzania, se pueden conseguir por Internet sin que estos
países sepan nada", señalan fuentes de la investigación.
Los buques son los que faenaban juntos cuando dio el aviso la marina de nueva Zelanda: el Shongua, el Kunlun, el Yongding. También figura el carguero Tiantai.
Las multas se verán durante la instrucción, pero las sanciones muy
graves oscilan entre 60.001 y 600.000 euros. Fuentes del ministerio
explican que aplicarán la mayor sanción posible, por lo que rondarán los
10 millones de euros.
Además, en una medida pionera, el ministerio va “abrir expedientes
sancionadores a 50 tripulantes españoles por su enrolamiento en dichos
barcos durante los últimos años, en contra de la prohibición expresa del
reglamento comunitario”. Aunque la mayoría de la tripulación es
habitualmente de Indonesia, los mandos suelen ser españoles.
Medio Ambiente señala que "la Operación Sparrow no tiene precedentes a nivel internacional" y destaca la "estrecha colaboración" de Australia y nueva Zelanda.
Los 'seis magníficos'
Tres de los cuatro barcos sancionados forman parte de los conocidos
como “Los seis magníficos”, los buques más perseguidos por pescar
merluza de profundidad en aguas antárticas con bandera de conveniencia y
sin dueño conocido. El Soghua y el Yongding están retenidos en Cabo Verde, el Kunlun en Tailandia y el Tiantai fue hundido en 2014. Otros barcos piratas no han corrido mejor suerte: el Viking fue detenido en Malasia en abril y el Thunder fue hundido en Sao Tomé en abril ante los ojos de la ONG Sea Sheperd, especializada en perseguir barcos de pesca ilegal.
Las ONG, que fueron críticas con el Gobierno del PSOE, al que
acusaban de connivencia con la pesca ilegal, saludaron el viernes las
sanciones. María José Cornax, Responsable de pesca de Oceana, señaló en
un comunicado: “Es la sanción más elevada conocida, y la primera de esta
categoría, que se ha impuesto en la historia de la Unión Europea en
relación con la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. Manda un
claro mensaje de advertencia a todos los ciudadanos que hasta la fecha
se sentían protegidos por el uso de sociedades pantalla en terceros
países y por pabellones de conveniencia. Ya no se va a tolerar más que
un ciudadano de la UE se lucre de la pesca ilegal”.
No es la primera multa pero sí la más contundente con diferencia. El
24 de mayo de 2010, el ministerio impuso a Vidal 150.000 euros de multa y
“la suspensión de todos los permisos y licencias durante un período de
dos años por la comisión de una infracción administrativa en materia de
pesca marítima de carácter muy grave, por realizar actividades de pesca
ilegal, no declarada y no reglamentada, dirigiendo y controlando
actividades de pesca de una flota de buques, algunos de los cuales
tienen como armador a la misma y entre los que se encuentran buques
declarados ilegales por la Convención para la conservación de los
recursos vivos marinos antárticos” por las actividades del Paloma V, hoy Songhua, en nueva Zelanda.
En marzo de 2014, el Tribunal Superior de Justicia de Galicia ratificó la sanción, pero la sentencia aún no es firme porque cabía recurso ante el Tribunal Supremo.
Subvenciones estatales a Vidal
Durante años, la presencia de estos buques en aguas antártidas ha
sido un quebradero de cabeza para España, que era acusada en todos los
foros internacionales de connivencia con la pesca pirata. Daban igual
las medidas oficiales porque estos buques con tripulación española
seguían actuando. En 2005, la Comisión Europea criticó que España subvencionase a Vidal y posteriormente presionó para que no recibiese otra ayuda.
Javier Garat, secretario general de la patronal Cepesca,
señaló: “Felicitamos a la secretaría general de Pesca. Si se confirman
las infracciones pueden provocar, gracias a la nueva ley, la inactividad
de los que han pescado ilegalmente. Envía una señal muy clara a los que
quieren pescar ilegalmente y al mundo entero de que en España el que la
hace la paga”.
La patronal: "Desde que ha entrado este Gobierno tenemos la política más dura de inspección y control"
El sector pesquero español ha sido tradicionalmente acusado en foros
internacionales de connivencia con estas prácticas: “Personalmente estoy
contento porque va a ayudar a mejorar la imagen de la pesca española en
el exterior. A pesar de que han sido pocos los piratas que han hecho
barbaridades, siempre se los identificaba como españoles y la sensación
en el mundo era que todos los pescadores españoles éramos así de
piratas, algo que no tiene que ver con la realidad”. “Desde que ha
entrado este Gobierno tenemos la política más dura de inspección y
control y se aplica a todas las flotas”, añade Garat. Pesca confía en
que las sanciones sean disuasorias y limpiar el pabellón español de
pesca pirata.
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