domingo, 7 de junio de 2015

Cómo y por qué hacer 'running' en la playa

FITNESS & RUNNING

Cómo y por qué hacer 'running' en la playa

Con el verano a la vuelta de la esquina y la llegada de las altas temperaturas, muchos aprovechan los fines de semana para escaparse de la rutina a la playa. Pero desconectar no es sinónimo de olvidarse de ponerse en forma, y entre chapuzón y chapuzón, la arena puede ser la pista perfecta para practicar el 'running'. 

No solo porque el deporte ayudará a que esos días de descanso sean aún más relajantes con una buena dosis de endorfinas, sino porque además de cuidar la figura de cara al 'destape veraniego', correr en la orilla aporta beneficios nuevos que no se consiguen en la ciudad. Entre ellos, el efecto anti-estrés de la carrera unido al sonido de las olas, una respiración más profunda ayudada por la brisa marina y un trabajo más intenso gracias a que el terreno opone una mayor resistencia que las pistas tradicionales. Eso sin contar que el yodo, además de facilitar la cicatrización de las heridas tan comunes en los pies del corredor, estimula la glándula tiroides favoreciendo el gasto calórico. En definitiva, la playa es un lugar perfecto para ponerse en forma, siempre y cuando se tengan en cuenta las precauciones adecuadas para no sufrir ninguna lesión. 

En este sentido, el director técnico de los centros deportivos GO fit, Carlos Bernardos, advierte que hay que tener especial cuidado con la exposición al sol, especialmente durante las horas de más calor. Por eso, recomienda utilizar gorra, protectores solares y mantener una hidratación correcta durante todo el trayecto. También es aconsejable "buscar la zona de arena más compacta y con algo de humedad", asegura, intentando mantener un ritmo moderado pero constante. 

Pero para aprovechar todas las ventajas de la inestabilidad de la orilla, como el fortalecimiento de los tobillos, el experto explica la importancia de utilizar un calzado apropiado en las personas con poca experiencia para evitar una posible modificación de la pisada y, con ello, futuros problemas articulares. Al final, lo más importante es disfrutar con el ejercicio y practicarlo con seguridad. ¡Y con cuidado de no tropezar con algún intrépido bañista de la costa!

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