Ecología
Extrañas muertes de ballenas en las últimas semanas
Desde fines de mayo, una cifra anormalmente alta de ballenas del
tipo conocido como ballena de aleta o rorcual común, casi una decena en
el momento de escribir estas líneas, han sido descubiertas flotando
muertas en aguas de la zona que va desde la isla de Kodiak hasta más o
menos la de Unimak, cerca de la costa de Alaska.
Estas muertes son por ahora un misterio. Para empezar, esa cifra de
muertes en un área geográfica tan pequeña y en tan poco tiempo es muy
extraña. “Raramente vemos más de un cadáver de rorcual común cada par de
años”, subraya al respecto Kate Wynne, experta en mamíferos marinos y
profesora en la Universidad de Alaska en Fairbanks, Estados Unidos.
Otro detalle enigmático es que todos los individuos fallecidos
encontrados son de una sola especie, con la excepción de una ballena
jorobada encontrada en un lugar diferente. Así que parte del misterio
es, ¿por qué precisamente ballenas de aleta? ¿Por qué no individuos de
especies que acostumbran a ser sus presas? ¿Por qué no hay otros
consumidores en el ecosistema apareciendo afectados por una mortandad
similar? Si se tratara de una intoxicación típica, los efectos se
propagarían por una parte significativa de la cadena alimentaria.
Las ballenas de aleta, una especie en peligro, crecen hasta los 21
metros (unos 70 pies). Constituyen uno de los tipos de ballenas
barbadas. Con las “barbas” que tienen en sus bocas filtran el agua de
mar, atrapando copépodos, krill y pequeños peces. Las ballenas se
alimentan moviéndose en formaciones muy compactas, de manera que Wynne
piensa que las ballenas muertas pudieron consumir algo tóxico hacia la
semana del 20 de mayo.
Ballena de aleta. (Foto: Marjorie Foster / NOAA)
Muestras de cadáveres de ballenas están siendo analizadas en un
laboratorio en busca de huellas de biotoxinas. Las autoridades, y el
público en general, al que se ha pedido su colaboración, están vigilando
el medio ambiente, por si aparecieran otras señales inquietantes, como
por ejemplo peces y aves muertos en cantidades anormalmente altas o en
circunstancias extrañas, o cualquier cosa que parezca infrecuente, a fin
de intentar aclarar el enigma de estas ballenas muertas.
Wynne y sus colegas están analizando las ubicaciones de los cadáveres
hallados, recogiendo muestras de agua para buscar proliferaciones
masivas de algas nocivas y registrando cambios en la temperatura del
agua marina.
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