Xi reúne a la cúpula comunista china para tratar la crisis del barco
Los familiares de los desaparecidos denuncian la falta de información sobre el accidente
Xavier Fontdeglòria
Jianli (China)
5 JUN 2015 - 10:35 CEST
“Al final uno empieza a pensar que te están mintiendo. Llevo mucho
tiempo aquí y nadie del Gobierno ha venido a explicarme qué está
pasando”, asegura la esposa de uno de los 458 pasajeros que iban a bordo
del barco que se hundió el lunes en el río Yangtsé. El creciente descontento de los parientes llevó al presidente chino, Xi Jinping, a convocar una inusual reunión del máximo órgano del Partido Comunista para abordar la crisis y prometer una investigación.
Los familiares de los desaparecidos tras el hundimiento de un ferry a
la altura de Jianli (en la provincia de Hubei, en el sureste de China)
denuncian la falta de información sobre el accidente. La mujer
mencionada forma parte de un grupo de unas 80 personas que viajaron
desde Nanjing hasta Jianli. Hartos de la espera, emprendieron una marcha
hasta el Ayuntamiento y horas después un alto cargo de su ciudad de
origen se reunió con ellos.
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En Pekín, el presidente Xi reunió de manera extraordinaria al Comité
Permanente del Politburó (el máximo órgano del Partido Comunista) y
prometió una investigación “sin ningún encubrimiento” sobre las causas
del suceso. Las autoridades quieren evitar a toda costa protestas como
las ocurridas en Jianli durante los últimos días, especialmente cuando
coinciden con fechas sensibles como el 4 de junio, 26º aniversario de la represión de 1989 contra los manifestantes prodemocráticos en la plaza de Tiananmen.
Pero la falta de información a los allegados sobre un desastre con 77 muertos confirmados y más de 300 desaparecidos
no contribuye a que las quejas se desvanezcan. Los familiares
preguntaron por las pruebas de ADN —que empezarán hoy— y por la entrega
de los cadáveres, pero la mayoría de quejas se centraron en la falta de
noticias: “¿Por qué no hay una plataforma oficial que nos informe de las
novedades de forma simultánea? ¿Os volveréis a reunir con nosotros en
el futuro?”, preguntaban.
Xi instó este jueves a que la información sobre el rescate sea
“pronta, abierta, transparente y precisa para responder a las
inquietudes del público”. Los responsables del operativo comparecen dos
veces al día, pero solo la televisión estatal CCTV y a la agencia Xinhua
están autorizadas a informar desde el lugar del accidente. Las imágenes
emitidas priorizan los esfuerzos de los rescatadores y las historias de
los supervivientes, pero eluden las furgonetas que trasladan los
ataúdes o el mal trago de los familiares de las víctimas.
Un grupo de ocho periodistas de un periódico de Wuhan, la capital
provincial, recibió este jueves la orden de abandonar la cobertura del
naufragio de forma repentina. El único profesional que se quedó en el
terreno no pudo acceder al lugar del accidente ni por cuenta propia ni
fue invitado a alguna de las visitas organizadas por las autoridades,
que sí incluyeron a la mayoría de la prensa extranjera. "Tú no sabes
cómo informar", le espetó uno de los policías que controlan el paso en
la zona próxima a las tareas de rescate. "No os hemos escondido ninguna
información. Reconozco que la gestión no ha sido perfecta, pero
intentamos hacerlo lo mejor posible", admitió el oficial ante los
familiares. "Todos debemos colaborar para crear un buen ambiente",
concluyó.
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