El gran salto de la tecnología que puede acabar con la sed en el mundo
Casi 2.000 millones de personas vivirán con escasez de agua en 10 años. Los expertos miran ahora al mar, ya que la ha abaratado el proceso de desalinización. Millones de litros de agua potable esperan allí.
La
producción de agua potable del mar, a través de la desalinización,
siempre pareció ser la respuesta más obvia a la escasez del agua.
Nuestros océanos cubren más del 70% de la superficie de la Tierra y
contienen el 97% de su agua.
Pero la energía necesaria para alcanzar este proceso aparentemente simple, siempre ha sido muy costosa.
Pero
ahora, gracias a las nuevas tecnologías, los costos se han reducido a la
mitad y enormes plantas de desalinización se están abriendo en varias
partes del mundo.
Plantas gigantescas
La mayor planta desalinizadora del planeta, que se encuentra en Tel Aviv (Israel), está siendo ampliada para alcanzar sus límites máximos de producción.
Esto significará 624 millones de litros diarios de agua potable. Y podría vender 1.000 litros (consumo semanal medio de una persona) por US$0,70.
También la planta de Ras al-Khair, en Arabia Saudita, alcanzará su producción plena en diciembre.
Instalada
en el este de la Península Arábiga, será incluso mayor que la israelí,
abasteciendo con mil millones de litros diarios a Riad, cuya población
está creciendo rápidamente.
Y una planta de energía vinculada a ella producirá 2,4 millones de vatios de electricidad.
Del mismo modo, en San Diego, se encontrará la mayor planta de EE.UU, que estará operativa en noviembre.
Las innovaciones que lo hacen posible
El modo
tradicional de extraer agua potable del mar, o agua salobre, es
hervirla y después recoger el agua evaporada como un destilado puro.
Esto
demanda una gran cantidad de energía, pero funciona bien si se combina
con plantas industriales que producen calor en su funcionamiento normal.
Las nuevas desalinizadoras de Arabia Saudita se construyen junto a plantas de energía por este motivo.
Sin
embargo, una tecnología denominada “ósmosis inversa”, que existe desde
los años 60, utiliza menos energía y ha dado un nuevo impulso a la
búsqueda de eficientes métodos de desalinización.
Implica
empujar el agua salada a alta presión a través de una membrana de
polímero que contiene poros de un tamaño equivalente a la quinta parte
de un nanómetro. (El nanómetro es la unidad de longitud que equivale a
una mil millonésima parte de un metro).
Los
orificios son lo suficientemente pequeños para bloquear las moléculas de
sal, pero lo suficientemente grandes para permitir el paso de las
moléculas de agua.
"Esta
membrana quita las sales y minerales completamente del agua", explica el
profesor Nidal Hilal, de la Universidad de Swansea, en Reino Unido, y
editor en jefe de la revista "Desalinización".
Pero estas membranas podían obstruirse fácilmente y perder rendimiento.
Ahora,
una mejor tecnología de materiales y técnicas de tratamiento previo
nuevas, permiten que sigan funcionando con mayor eficiencia durante más
tiempo.
Y en Israel, los diseñadores de Sorek, ahorran energía usando vasos de presión de tamaño doble.
“Ahora
se necesitan menos vasos de presión para genera el agua, lo que implica
menos tuberías y conexiones”, explica el Dr Jack Gilron, jefe del área
Desalinización y Tratamiento de Agua de la Universidad Ben Gurion.
Un
grupo de investigadores del Instituto tecnológico de Massachusetts
(MIT), en los EEUU, están experimentando con membranas semipermeables de
grafeno, que demandaría una presión de muchísimo menor, ahorrando energía. Esta tecnología, empero, no está todavía lista para una producción masiva.
Tecnología alternativa
La
ósmosis directa es una forma alternativa de eliminar la sal del agua del
mar, según el profesor Nick Hankins, ingeniero químico de la
Universidad de Oxford.
En
lugar de empujar el agua dulce a través de la membrana (utilizando
presión hidráulica), se utiliza una solución altamente concentrada para
extraer el agua dulce a través de la membrana, “succionándola” del agua
de mar (aprovechando la presión osmótica).Después, se eliminan los
solutos agregados, obteniéndose el agua pura. "Diseñando la solución
concentrada de manera inteligente, es posible separar el agua con muy
poca energía", asegura el profesor.
Otro posible método es la llamada desionización capacitiva, que en esencia es tener un imán para atraer la sal.
"Deberíamos
ser capaces de desalar el agua usando entre la mitad y una quinta parte
de la energía de la ósmosis inversa", asegura el doctor Michael
Stadermann, del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California.
Esta aún está en etapa de prueba.
¿Y la sal sobrante?
Un problema con la desalinización es qué hacer con la sal sobrante.
El agua
en el Golfo Pérsico históricamente tiene 35.000 partes por millón (ppm)
de sal. Pero según su Ministerio de Medio Ambiente y Agua, algunas
áreas cercanas a las plantas alcanzan ahora las 50.000 ppm.
"Hay
que asegurarse que el agua muy salada sea desplazada lo suficientemente
lejos en el mar, para evitar que la recirculación vuelva el agua del
lugar más y más salada", dice Floris van Straaten, de la de ingeniería suiza Pöyry, que supervisa la construcción del proyecto de Ras al-Khair.
Por su
parte, Jessica Jones, de Poseidon Water, firma que construye la planta
de Carlsbad en California, sostiene: "Nuestra planta está instalada
junto a una planta de energía que utiliza agua de mar para la
refrigeración".
"Nuestra descarga se mezcla, por lo que en el momento en que entra en el océano, la sal se ha dispersado".
Pero en
Estados Unidos los grupos ecologistas han luchado en los tribunales
contra la construcción de nuevas plantas de desalinización, diciendo que
las consecuencias de la reintroducción de la salmuera al mar no se han
estudiado adecuadamente.
"Y
cuando el agua se está extrayendo del océano, trae peces y otros
organismos que se introducen en la maquinaria, teniendo esto un impacto
ambiental y económico", explica Wenonah Hauter, director de Food and
Water Watch en Washington DC.
Precio del agua
La
desalinización puede ser cada vez más barata, aunque todavía es
prohibitiva para los países pobres, muchos de los cuales sufren escasez
de agua.
Más de
dos quintas partes de los 800 millones de personas en África viven en
zonas de "estrés hídrico", que se define como la prestación de menos de
1.700 metros cúbicos de agua por persona.
Naciones
Unidas predice que en 10 años casi 2.000 millones de personas vivirán
en zonas con escasez de agua, luchando por menos de 1.000 metros cúbicos
de agua cada una.
Lo que
más necesitan estas regiones es un dispositivo de desalinización que
pueda suministrar a 100 o 200 personas, el tamaño de un pueblo.
La
desalinización capacitiva es una solución potencial, al igual que la
desalinización con energía solar, cuyos costes se han reducido el triple
en 15 años.
Así,
mientras la desalación ha avanzado enormemente en los países ricos,
también es necesario que llegue a los que son más pobres en dinero y
agua.
(Por Padraig Belton. Fuentes BBC.com y La Nación)
17/10/15
Comentario de Aprocean:
¡El Mar es un continente que alberga un gran tesoro para todos!
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