Al rescate de la memoria del Titanic
La embarcación del Titanic antes de partir en su primera travesía.
Carmen Méndez
Actualizado Lunes, 12 de octubre de 2015 21:37
Quizá pensaban en el joyón que lucía Kate Winslet en la película de James Cameron. Pero el filme, que ha recaudado 2.185 millones de dólares desde 1997, es Hollywood al fin y al cabo, y peca de inexactitudes en aras del espectáculo, explica Claes-Göran Wetterholm. Este historiador sueco, comisario de la muestra que ha desembarcado en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, ha pasado décadas investigando el Titanic y la trágica madrugada del 15 de abril de 1912.
Aquella noche, una de las personas que se salvaron fue la joven de 19
años Kate Phillips. "Pero no pertenecía a la alta sociedad ni su
enamorado era un pobre inmigrante, como en la película de Cameron. Ella
era dependienta en una tienda de dulces, y se enamoró del propietario,
Henry Morley, 20 años mayor que ella. Decidieron fugarse a América",
explica Wetterholm. Y como en la película &emdash;eso sí&emdash;, él se ahogó y ella se salvó. Pero
además del colgante, en el que se inspiró Cameron, llevaba un tesoro
mayor: estaba embarazada de una niña que nació en 1913.
Ésta es una de las muchas historias, con nombre y apellido, por las que apuesta Musealia Entertaiment,
la empresa familiar española que está detrás de este titánico esfuerzo.
Su director, Luis Ferreiro, afirma que el objetivo de la compañía es
"crear y gestionar grandes exposiciones itinerantes, un nicho cultural
de mercado muy especial, porque no hay más de 15 empresas en el mundo
que se dediquen a este tipo de muestras narrativas".
Musealia surgió de la pasión por el mar de su padre,
el periodista radiofónico Jesús Ferreiro. "Tenía un programa para la
gente del mar, Onda pesquera. Y todo lo relacionado con el mar era su
vida".
Empezaron reuniendo una pequeña colección de objetos del Titanic con la que montaron una muestra de apenas 350 m2 en el año 2000.
Nada que ver con los 1.500 m2 de ésta, espectacular por piezas que no
se han mostrado antes, como el camisón de la pasajera superviviente
Carolina Byström o una lista social de pasajeros de primera clase.
"Pretendemos generar experiencias culturales y emocionales alrededor de historias humanas",
afirma Luis Ferreiro. La empresa tiene una idea, la financia y crea una
marca-producto que vende. "Como promotores, exportamos las exposiciones
y las montamos fuera". Otro de sus productos es Human Bodies. The
Exhibition.
En los últimos cuatro años, casi un millón de personas se han parado ante las reproducciones de los camarores de tercera y de primera clase, o la sala de radio. La exposición se ha visto en Copenhague (Dinamarca), Barcelona, Sevilla, Norrköping (Suecia), Kiev (Ucrania), Halmstad (Suecia) y México. Después de Madrid, viajará a Polonia.
Es, efectivamente, una muestra con un hilo narrativo, con un audioguía que es un relato documentado y ameno, con música y efectos especiales.
"Se puede tener rigor científico e histórico, y a la vez entretener",
afirma Ferreiro. Y emocionar. Al final del recorrido, tres paneles
recuerdan los nombres, apellidos y edades de 1.495 personas". Ésa fue la
verdad.
Comentario de Aprocean:
Deberían recrear un Titanic de hielo, en el lugar donse se
hundió y dejarlo ir cada año hacia la nada, ¿no?
hundió y dejarlo ir cada año hacia la nada, ¿no?
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