viernes, 27 de septiembre de 2013

El CSIC vigilará la contaminación del mar con sensores instalados en miniboyas



El CSIC vigilará la contaminación del mar con sensores instalados en miniboyas

Y gracias a un minicatamarán controlado de forma remota y dotado de energía por paneles solaresLos proyectos «Sea on a chip» y «Braavoo» forman parte de la última convocatoria del VII Programa Marco de la Unión Europea 

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) participarán en dos proyectos europeos recién aprobados -«Sea on a chip» y «Braavoo»- para vigilar la contaminación del mar. 

El primero de ellos desarrollará un sistema de control basado en una red de chips sensores miniaturizados que quedarán fijados en el perímetro de las piscifactorías. Está liderado por Damià Barceló, profesor de investigación del CSIC en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA). Marinella Farré, también del IDAEA, será su gestora. 

Farré ha avanzado que «la intención es que los chips vayan sobre unas miniboyas (del tamaño de un tercio de un paquete de tabaco), que contarán con los componentes electrónicos necesarios para la recepción y transmisión de datos, con su propia fuente de energía y con los reactivos necesarios para el análisis de los compuestos contaminantes más representativos (desde toxinas naturales procedentes de floraciones algales naturales hasta contaminantes emergentes, como los compuestos polibromados o antibióticos)». 

«Sea on a chip» está dotado con un presupuesto de más de 5,5 millones de euros y colaboran en él el Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC) el Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona (ICMAB) y 17 socios más de 9 países. 

Central de recogida de datos
«Braavoo», por su parte, busca desarrollar un laboratorio flotante instalado en un minicatamarán totalmente autónomo y dotado de energía por paneles solares, según ha informado el CSIC en un comunicado. 

El sistema se controlará de forma remota y los resultados analíticos obtenidos a lo largo del recorrido se enviarán a una central de recogida de datos. 

El proyecto prevé dotar al catamarán con diferentes biosensores: por un lado inmunosensores ópticos, que son extremadamente precisos en la detección de contaminantes diana, y por otro sensores basados en células bacterianas para la determinación de contaminantes como el mercurio. 

El IDAEA y el Centro de Investigación en Nanotecnología y Nanociencia (CIN2) dispondrán de la ayuda de 3,5 millones de euros y de 9 socios de 7 países (Alemania, España, Holanda, Irlanda, Israel, Italia y Suiza).

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