¿Quiere dar la vuelta al mundo?
Parte de la flota de la Clipper Race 2015/2016, durante la salida de la primera etapa de la vuelta al mundo.
690 hombres y mujeres participan en la Clipper Race, la regata oceánica para 'amateurs', con siete españoles a bordo.
Dar la vuelta al mundo a vela sigue siendo uno de los desafíos más extremos a los que se puede enfrentar el ser humano. Y no sólo por los peligros en forma de vientos feroces, olas descomunales, hielos u ofnis (objetos flotantes no identificados), sino también por las condiciones de vida: semanas trabajando en un espacio reducido, húmedo y maloliente que no deja de moverse en mitad de la nada y sin apenas descanso.
Dicen que hay que estar hecho de una pasta especial para ser regatista oceánico, además de estar un poco loco. Sin embargo, en la regata Clipper Race se empeñan en destrozar dicha hipótesis, ofreciendo a cualquier mortal la oportunidad de circunnavegar el planeta.
Más de 3.000 hombres y mujeres de entre 18 y 74 años se han alistado en laClipper Race en las últimas dos décadas, 690 en la presente edición que zarpó el pasado 30 de agosto. El billete cuesta entre 7.000 y 68.000 euros,dependiendo de si el neófito regatista escoge disputar una sola etapa o la vuelta al mundo completa.
Veterinarios, banqueros, estudiantes, médicos, directivos, ingenieros, empresarios, cocineros o artistas han dejado de lado sus profesiones para embarcarse. Según datos de la organización, el 40% de los participantes no había navegado antes. Sólo el patrón de cada miembro de la flota es profesional.
El 40% de los inscritos en esta edición no había navegado antes de embarcarse en la aventura de sus vidas
Pablo Borrego es uno de los siete españoles inscritos en esta edición de la prueba. "Yo pasaba todos los días por el metro de Londres, donde trabajo en una consultoría desde hace nueve años, y veía en las paredes los anuncios de la Clipper Race; siempre le comentaba a mi amigo que la regata tenía muy buena pinta y que estaría genial poder hacerla. Lo repetía una y otra vez hasta que mi amigo me dijo: ¿Por qué no dejas de decirlo y simplemente lo haces?. Y, la verdad, no tenía ninguna excusa para no hacerlo", explicaba el cordobés antes de iniciar la etapa Londres-Río de Janeiro.
"Desde siempre he tenido el sueño de cruzar el Atlántico a vela, quería hacerlo además en una regata, no en una simple travesía, y la Clipper Race me ofrecía esa experiencia", señala Carlos Arimón, director general de la delegación en España y Portugal de una multinacional dedicada a la distribución de herramientas.
Así que se apuntó a la segunda etapa de la regata (Río-Ciudad del Cabo). El directivo reconoce que el idioma fue uno de los problemas que se encontró en un principio "porque, aunque domines el inglés, el lenguaje náutico es muy complicado".
Antes de echarse al mar, la organización de la competición se encarga deadiestrar a todos los grumetes durante cuatro semanas. "Físicamente es muy duro", asevera Javier Sopelana, examinador de patentes en la Oficina Europea de Patentes de Múnich, alistado para las dos primeros asaltos de la vuelta al mundo.
"Te preparan para lo que se nos viene encima: nos enseñan el barco, que es muy grande y especial, así como a realizar todas las maniobras de manera sincronizada, a ensayar los turnos de guardia (cuatro horas de trabajo, cuatro de descanso)... Fue agotador", recuerda el gijonés, que procede de una "familia de marinos".
El 'billete' cuesta entre los 7.000 eurosde la etapa más cortay los 68.000 de dar la vuelta al mundo
El tripulante más joven de la edición 2015/2016 se llama Álex Laine, un barcelonés de 19 años recién cumplidos que desde hace dos años vive en Bali. Pese a su edad, lleva un lustro preparándose para el desafío de dar la vuelta al mundo.
"Cuando tenía 14 años leí en el periódico una noticia sobre una regata para amateurs alrededor del mundo y decidí que quería participar", esgrime. Desde entonces, empezó a trabajar a tiempo parcial. "Estoy aquí también gracias a mis padres y a una empresa llamada Big Chocolate, que me ha ayudado mucho". Pretende que esta experiencia le sirva para "ser alguien en el mundo de la vela".
Una aventura de estas dimensiones entraña riesgos. Muchos. El pasado día 5 la Clipper Race se tiñó de luto por primera vez en 20 años. Andrew Ashman falleció tras golpearse con la vela mayor a 120 millas de Portugal cinco días después de la salida. Su barco regresó a tierra, pero días después la tripulación decidió volver al Atlántico.
Pasión y negocio de Sir Robin Knox-Johnston
Sir Robin Knox-Johnston, el primer hombre que dio la vuelta al mundo a vela en solitario y sin ninguna escala, ideó la Clipper Race en 1995 para dar la oportunidad a cualquier persona de experimentar las sensaciones que él tuvo cuando protagonizó su gesta en el año 1969. Más allá de la filosofía de la regata, el navegante británico ha creado un negocio de éxito. Este año 690 tripulantes han pagado por participar en la misma y ser entrenados, 14 puertos han alcanzado acuerdos con la organización (Clipper Ventura) y los 12 barcos de la flota están patrocinados. A nivel mediático, en la pasada edición, la regata tuvo una audiencia global en los medios de 900 millones de personas.
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