Jueves, 24 septiembre 2015
Paleontología
El esmalte dental podría tener su origen en las escamas de los peces
Científicos de Suecia y China han combinado datos genéticos y
fósiles para demostrar que la ganoína, presente en peces extintos o
primitivos como el catán pinto (Lepisosteus oculatus), es similar al
esmalte dental. El estudio, publicado en la revista Nature, sugiere que
el esmalte puede tener su origen en las escamas de los peces primitivos y
que este tejido se extendió más tarde a los dientes, y no de los
dientes a las escamas.
Los investigadores confirmaron la presencia de proteínas
(ameloblastina o amelogenina), propias del esmalte dental, en peces como
el primitivo celacanto de Comores (Latimeria chalumnae). Según los
científicos, estos genes pueden haber estado presentes incluso en los
fósiles más antiguos de sarcopterigios (peces de aletas lobuladas).
"El origen del esmalte es un buen ejemplo de cómo la evolución
consigue que un elemento que tenía una función particular (en este caso,
proteger contra rasguños y picaduras), adquiera un papel totalmente
distinto (hacer que los dientes estén más formados y sean más duros) y
se vuelva tan importante que permanece incluso cuando la función
original ha desaparecido”, señala a Sinc Per Erik Ahlberg, paleontólogo
en la Universidad de Uppsala (Suecia) y autor principal del estudio.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos investigaron el
genoma secuenciado del catán pinto, un pez primitivo de la clase de los
actinopterigios (dotados de un esqueleto de espinas óseas). Los
resultados sugieren que los genes de este pez ocupan un papel importante
en la deposición de la ganoína. Además, el análisis genético demuestra
la existencia de una relación entre la matriz de la ganoína y la del
esmalte.
El esmalte que recubre nuestros dientes es el mismo que compartimos con otras especies de animales tetrápodos y peces. (Foto: Fotolia)
“El esmalte es el último vestigio de un tejido que apareció por
primera vez en las escamas de los primeros peces”, declara a Sinc
Alhberg, quien subraya que el esmalte se originó en las escamas de peces
extintos y primitivos, y que posteriormente se extendió a los huesos
dérmicos y a los dientes.
La combinación de los datos paleontológicos y genómicos ha permitido a
los científicos presentar esta hipótesis sobre el origen, distribución y
los patrones que sigue el esmalte dental. Sin embargo, los autores del
estudio señalan que para entender a la perfección cómo y cuándo se
extendió el esmalte desde las escamas hasta los dientes es necesario un
nuevo estudio en profundidad sobre los primeros peces óseos y un
análisis de su red de regulación genética.
Ahlberg está convencido de que estos análisis darán más información
sobre los orígenes genéticos que los seres humanos comparten con otras
especies de animales. “Además nos ayudarán a entender mejor la evolución
de los vertebrados”, concluye el científico. (Fuente: SINC)
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