martes, 14 de julio de 2015

La representación del mundo que inspiró a Cristóbal Colón

La representación del mundo que inspiró a Cristóbal Colón

Un análisis con distintos tipos de luz revela detalles desconocidos sobre el mapamundi de 1491, donde la orca era descrita como un "monstruo marino" parecido "al Sol cuando brilla".

Mapamundi
Mapamundi
El mapa de Martellus, anterior al descubrimiento de América, antes y después del análisis multiespectral en la Universidad de Yale. YALE UNIVERSITY
El mapa de Martellus, anterior al descubrimiento de América, antes y después del análisis multiespectral en la Universidad de Yale. YALE UNIVERSITY
MADRID.- Después de estar 50 años colgado en la impresionante biblioteca Beinecke de libros raros y antiguos de la Universidad de Yale (EE UU), el famoso mapamundi de alrededor de 1491 del cartógrafo alemán Martellus ha sido objeto de un estudio completo con distintos tipos de luz, que ha revelado detalles y textos antes invisibles. Creen los expertos que este icono cartográfico inspiró a Colón en su viaje de descubrimiento del continente americano un año después, pero su mal estado de conservación había impedido hasta ahora conocerlo a fondo, informa la universidad.

“Hemos recuperado más información de la que podíamos esperar, especialmente de textos y cursos de ríos”, ha asegurado Chet Van Duzer, el historiador que dirige el proyecto. La orca es, se lee ahora en el mapa, “un monstruo marino que es como el Sol cuando brilla y cuya forma apenas se puede describir, solo que es de piel suave y de cuerpo enorme”. Los Balor es un pueblo del norte de Asia que no conoce el vino ni el trigo y subsiste con carne de ciervo. En el norte de África existen “grandes zonas selváticas con leones, grandes leopardos y muchos otros animales diferentes de los nuestros”. Otro pueblo, los Panotii del sur de Asia, tienen las orejas tan grandes que podrían usarlas como sacos de dormir.
“Siempre es interesante conocer el concepto del mundo que tenía la gente de ese periodo”, señala Van Duzer. “A finales del siglo XV la imagen del mundo cambiaba rápidamente, incluso durante la vida profesional de Martellus la tierra conocida que mostraba se amplió radicalmente”.

Cada mapa recogía información acumulada anterior. Así, gran parte de los textos relativos a Asia en el atlas de Martellus, que trabajaba en Florencia, resultan proceder de “Los viajes de Marco Polo” y además de una versión manuscrita, no de la única impresa entonces. Respecto a África, la cartografía se basa en una versión más completa que las conocidas del mapa Egyptus Novelo, que utilizó datos geográficos aportados por habitantes de escontinente, probablemente tres delegados etíopes al Concilio de Florencia de 1441.

Los indicios de que Colón obtuvo su visión del mundo de este mapa tan detallado o de otro muy similar son varios, señala Van Duzer. Por un lado, su hijo Fernando escribió que su padre esperaba encontrar Japón donde lo muestra el mapa de Martellus y con la misma orientación, que es distinta de la representada en otros mapas de la época. Por otro lado, el diario de uno de los tripulantes de Colón en 1492 describe el Caribe, que él creía que eran islas del sur de Asia, de forma muy similar a como figuran en el atlas.
El mapamundi mide 190 por 108 centímetros, representa el Viejo Mundo (Europa, África y Asia) según se conocía hacia 1491, está coloreado a mano y firmado “Opus Henricus Martellus Germanus” (el cartógrafo se llamaba Heinrich Hammer y Hammer es martillo en alemán), e incluye diversos textos en latín con descripciones de regiones y habitantes. Fue donado a la universidad estadounidense en 1962.

Las imágenes tomadas con luz de 12 frecuencias distintas, que incluyen el ultravioleta y el infrarrojo, se procesan y combinan con ayuda de la informática para recrear el mapa con todos sus detalles sin tocar el original. El proyecto, todavía sin terminardada su complejidad, forma parte del programa La Biblioteca Electrónica de Manuscritos Antiguos y se financia con una subvención del Fondo Nacional de Humanidades. Los aspectos técnicos corren a cargo de la Universidad de Misisipi. Cuando esté terminado, el mapa recreado estará disponible en Internet.

Por otra parte, los historiadores ya sospechaban que la influencia del mapa de Martellus sobrevivió al descubrimiento de América, que se reflejó con ese nombre por primera vez en un mapamundi de 1507 elaborado por el cartógrafo alemán Martin Waldseemüller. Ahora se ha comprobado que muchos de los textos del primero se repiten en los mismos lugares en el segundo, aunque los nombre de la costa de Africa son distintos, lo que indica que Waldseemüller también utilizó otras fuentes.

La biblioteca Beinecke de Yale alberga 180.000 volúmenes en el edificio visible en el campus y más de un millón en la parte subterránea de éste, en un ambiente controlado para asegurar su conservación.

Cada mapa recogía información acumulada anterior. Así, gran parte de los textos relativos a Asia en el atlas de Martellus, que trabajaba en Florencia, resultan proceder de “Los viajes de Marco Polo” y además de una versión manuscrita, no de la única impresa entonces. Respecto a África, la cartografía se basa en una versión más completa que las conocidas del mapa Egyptus Novelo, que utilizó datos geográficos aportados por habitantes de ese continente, probablemente tres delegados etíopes al Concilio de Florencia de 1441.

Los indicios de que Colón obtuvo su visión del mundo de este mapa tan detallado o de otro muy similar son varios, señala Van Duzer. Por un lado, su hijo Fernando escribió que su padre esperaba encontrar Japón donde lo muestra el mapa de Martellus y con la misma orientación, que es distinta de la representada en otros mapas de la época. Por otro lado, el diario de uno de los tripulantes de Colón en 1492 describe el Caribe, que él creía que eran islas del sur de Asia, de forma muy similar a como figuran en el atlas.
El mapamundi mide 190 por 108 centímetros, representa el Viejo Mundo (Europa, África y Asia) según se conocía hacia 1491, está coloreado a mano y firmado “Opus Henricus Martellus Germanus” (el cartógrafo se llamaba Heinrich Hammer y Hammer es martillo en alemán), e incluye diversos textos en latín con descripciones de regiones y habitantes. Fue donado a la universidad estadounidense en 1962.

Las imágenes tomadas con luz de 12 frecuencias distintas, que incluyen el ultravioleta y el infrarrojo, se procesan y combinan con ayuda de la informática para recrear el mapa con todos sus detalles sin tocar el original. El proyecto, todavía sin terminardada su complejidad, forma parte del programa La Biblioteca Electrónica de Manuscritos Antiguos y se financia con una subvención del Fondo Nacional de Humanidades. Los aspectos técnicos corren a cargo de la Universidad de Misisipi. Cuando esté terminado, el mapa recreado estará disponible en Internet.

Por otra parte, los historiadores ya sospechaban que la influencia del mapa de Martellus sobrevivió al descubrimiento de América, que se reflejó con ese nombre por primera vez en un mapamundi de 1507 elaborado por el cartógrafo alemán Martin Waldseemüller. Ahora se ha comprobado que muchos de los textos del primero se repiten en los mismos lugares en el segundo, aunque los nombre de la costa de Africa son distintos, lo que indica que Waldseemüller también utilizó otras fuentes.

La biblioteca Beinecke de Yale alberga 180.000 volúmenes en el edificio visible en el campus y más de un millón en la parte subterránea de éste, en un ambiente controlado para asegurar su conservación.

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