natural
Detectan por primera vez medusas inmortales japonesas en el Mediterráneo
Un investigador dice que su presencia anuncia «cambios en el medio» que podrían provocar «daños significativos y dramáticos»
Día 28/06/2015 - 17.29h
Un grupo de científicos ha localizado por primera vez en el Mediterráneo
una especie de medusa 'inmortal' procedente de Japón. Lo ha hecho en
aguas israelíes, en concreto en la bahía de Haifa y en Beit Yanai, según
un estudio de la Universidad de Haifa.
Se trataría de la medusa denominada Aequorea Macrodactila
(Cnidaria Hydrozoa) , un tipo verde fosforescente devoradora de plancton
que tiene la rara capacidad de rejuvenecerse y volver al estado embrionario tras alcanzar la edad adulta.
Esta migración muestra «cambios dramáticos» en el Mediterráneo
que podrían resultar en la llegada de especies peligrosas, según el
citado estudio. El investigador Guy Mizrahi ha asegurado que su
presencia anuncia «cambios en el medio ambiente marino que podrían
permitir que otras medusas, peligrosas para los humanos, migrasen
a esta zona y causaran daños significativos y dramáticos». La medusa
avistada por ahora no es peligrosa para los humanos, pero sí un anuncio
de lo que podría venir.
Este animal (que puede vivir entre los 1.500 y diez metros de profundidad) probablemente llegó a costas israelíes a través de barcos mercantes,
aunque también existe la posibilidad de que ya habitase en el fondo del
Mediterráneo pero solo ahora se haya trasladado a aguas más
superficiales, según el estudio de Mizrahi y el investigador Eli
Shemesh, que será publicado el próximo mes en la revista científica
NeoBiota.
En cualquier caso, su supervivencia en la superficie es para Mizrahi una prueba de que este mar está sufriendo enormes cambios, potencialmente
peligrosos y que «son resultado de la intervención humana en la
naturaleza, como la pesca excesiva, que podría estar esquilmando a los
enemigos de las medusas». Otro factor podría ser el calentamiento de los
mares.
De momento, un primer cambio es que este ser fluorescente compite por comida con la población de peces local, especialmente por placton y pequeños crustáceos.
«La preocupación es que cambios en el medio ambiente marino
permitan que otras medusas, peligrosas para los humanos, emigren a este
área y provoquen daños significativos y dramáticos. Deberíamos
cuidarnos para no permitir que nuestro mar se convierta en gelatinoso
como resultado de actividades humanas», advierte Mizrahi.
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