Animales
y plantas se puede enganchar a los buques de carga, escondiéndose
como polizones en los tanques de lastre o aferrándose al casco del
buque
La globalización, con su creciente
demanda de transporte de carga, ha abierto inadvertidamente las
compuertas para una nueva invasión silenciosa, por lo que científicos
de las universidades de Bristol, Reino Unido, y Oldenburg, Alemania,
han trazado un pronóstico detallado sobre la importación de especies
exóticas potencialmente dañinas en el agua de lastre de los buques de
carga. Esta investigación, publicada en 'Ecology Letters', se ha
realizado examinando los datos de tráfico de los buques y los registros
biológicos.
Animales y plantas se puede enganchar a los buques de carga,
escondiéndose como polizones en los tanques de lastre o aferrándose al
casco del buque, con lo que, a su llegada a un nuevo puerto, las
especies exóticas pueden hacer estragos en las aguas prístinas
anteriormente. Estas especies denominadas invasoras pueden conducir a la
extinción de especies nativas, modificar todo el ecosistema e impactar
enla economía humana.
Algunas regiones, como la Bahía de San Francisco, California
(Estados Unidos), y la Bahía de Chesapeake, en South Hampton Roads, en
el estado norteamericano de Virginia, incluso han informado de varias
nuevas especies exóticas al año, con consiguientes efectos en cadena a
los pescadores, los agricultores, el turismo y la industria, que generan
pérdidas anuales de miles de millones de dólares.
Los ecologistas e ingenieros de los buques tratan de evitar la
próxima gran invasión, pero no saben cuándo ni dónde puede ocurrir, por
lo que sus posibilidades siguen siendo limitadas.
Como parte del proyecto de investigación, financiado por la
Fundación Volkswagen, el equipo obtuvo los registros detallados de casi
tres millones de viajes de buques en 2007 y 2008. Dependiendo de la
ruta particular recorrida por cada buque, los científicos calcularon la
probabilidad de que una especie sobreviva al viaje y establezca una
población en los siguientes puertos porque, aunque esta probabilidad es
muy pequeña para un solo viaje, los números crecen rápidamente debido a
que los volúmenes de tráfico de carga modernos son enormes.
El profesor Bernd Blasius, de la Universidad de Oldenburg y uno de
los investigadores involucrados en el estudio, dijo: "Nuestro modelo
combina información de las rutas de navegación, tamaños de buques,
temperaturas y biogeografía para llegar a los pronósticos locales de
probabilidades de invasión".
El resultado final revela los puntos calientes de invasiones
biológicas. Grandes puertos de Asia, como Singapur y Hong Kong, y
puertos de Estados Unidos, como Nueva York y Long Beach, son algunos de
los sitios con más alta probabilidad de invasión, ya que son cursos de
agua son muy ocupados, aunque el tráfico no es el único factor
importante.
El Mar del Norte, por ejemplo, no se encuentran entre las regiones
más amenazadas a pesar del intenso tráfico debido a que las
temperaturas aquí son más bajas, lo que hace dificulta a las especies
exóticas sobrevivir. Sin embargo, las llegadas desde el otro lado del
Atlántico constituyen una seria amenaza para el Mar del Norte, ya que se
prevé que la mayoría de los invasores se originan en la costa este de
América del Norte.
Hanno Seebens, de la Universidad de Oldenburg, explicó: "También
hemos comparado nuestros resultados del modelo con los datos de campo y,
de hecho, la mayoría de las especies exóticas en realidad se originan a
partir de ahí". Si los ingenieros de los buques pudieran evitar al
menos que algunos posibles invasores se subieran a bordo, el riesgo
total de la invasión podría ser mitigado sustancialmente, según estos
expertos.
DISMINUCIÓN DE LA INVASIÓN HASTA UN 56 POR CIENTO
Al eliminar con éxito una especie del 25 por ciento de los buques
para que no lleguen a puerto (por ejemplo, con filtros, químicos o
radiación), la probabilidad global de invasión disminuye en un 56 por
ciento. La bioinvasión es, como admiten los investigadores, un proceso
complejo, y los registros de invasiones pasadas están lejos de
completarse.
"Los movimientos de los barcos en los últimos años están bien
documentados, pero hay muchas incógnitas sobre el futuro rutas
comerciales", añadió el doctor Michael Gastner, profesor de Ingeniería
Matemática de la Universidad de Bristol.
Por ejemplo, el futuro de la economía mundial sigue siendo
incierto, y los pasajes del Ártico puede ser navegables como
consecuencia del calentamiento global, por lo que habrá que tener en
cuenta simulaciones futuras para el tratamiento del agua de lastre.
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