"Parece
que hay algo especial en estos fiordos que estimula la productividad
del fondo marino", agrega Laura Grange, investigadora del Centro
Nacional de Oceanografía de la Universidad de Southampton
Investigadores
de la Universidad de Hawai, en Manoa (Estados Unidos), han descubierto
una abundancia y diversidad inesperada en el fondo marino de los fiordos
subpolares de la Antártida. Durante una reciente expedición, estos
científicos estudiaron por primera vez las comunidades del fondo marino
de los fiordos glaciares que dominan a lo largo de la península
antártica occidental, una región que se está sometiendo a un
calentamiento climático muy rápido.
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Estos expertos esperaban encontrar comunidades del fondo marino
empobrecidas y altamente perturbadas por la sedimentación glacial,
similares a las que se han documentado en las regiones árticas bien
estudiadas. Para su sorpresa, vieron gusanos de cerdas, anémonas, arañas
de mar y crustáceos anfípodos en las fotografías que tomaron de ese
fondo marino, junto con un buen número de pepinos de mar, medusas y
otras especies en el fondo oceánico, sobre el cual, las aguas de los
fiordos estaban plagadas de camarones antárticos.
Los científicos sugieren en un artículo publicado en 'Plos One'
que las diferencias en la diversidad y la abundancia entre el Ártico y
los fiordos de la Antártida se pueden explicar por el hecho de que el
subpolar Antártico esté en una fase más temprana del calentamiento
climático que el Ártico, lo que permite a los fiordos de la Antártida
mantener altos niveles de productividad, además de que los fiordos de la
Antártida muestran poca perturbación de derretimiento de los glaciares.
"El área de nuestro estudio a lo largo de la Península Antártica
se está calentando más rápido que cualquier parte del mundo y los
increíbles ecosistemas allí están cambiando muy rápidamente", alerta
Craig Smith, profesor de Oceanografía de la Universidad de Hawai en
Manoa y que ha estado estudiando cómo los ecosistemas marinos en la
Antártida están respondiendo al calentamiento climático.
"Parece que hay algo especial en estos fiordos que estimula la
productividad del fondo marino", agrega Laura Grange, investigadora del
Centro Nacional de Oceanografía de la Universidad de Southampton, en
Reino Unido, que fue colaboradora postdoctoral en la Universidad de
Hawai con Smith durante esta investigación.
"Los ecosistemas en el fondo de los fiordos se basan en alimentos
de detritus, por lo que estos fiordos antárticos deben estar recibiendo
algún tipo de entrada mejorada de alimentos, muy probablemente de
floraciones de fitoplancton, escombros de macroalgas o, incluso, los
caparazones mudados de los camarones antárticos o los cadáveres que se
hunden hasta el fondo", apunta Grange.
Los científicos sugieren, incluso, que los grandes conglomerados
de ballenas jorobadas pueden estimular la productividad del fiordo por
la liberación de nutrientes, ya que se alimentan y defecan en los
fiordos durante la inmigración estacional. Incluso con una variedad de
vías para alimentar la notable diversidad de animales en el fondo
marino, los ecosistemas de los fiordos antárticos están en riesgo por el
calentamiento climático.
En la Antártida de hoy, los glaciares de los fiordos actualmente
registran muy poca fusión y los desprendimientos de icebergs van a la
deriva por el mar sin que caiga mucho sedimento, según los científicos,
que creen que estos fiordos tienen "una débil influencia de agua de
deshielo". Como resultado, la cabecera del fiordo está libre de
sedimentos en suspensión, lo que permite al fitoplancton y las algas
bentónicas florecer y produce poca perturbación a la rica fauna del
fondo marino.
PELIGRO DE SEDIMENTOS POR EL DESHIELO
Estas condiciones favorables son muy propensas a cambiar a medida
que el clima se calienta rápidamente, lo que acelera derretimiento de
los glaciares y el vertido de grandes cantidades de sedimentos glaciales
finos en las cabeceras de los fiordos. Cuanto mayor sea la turbidez
resultante y la sedimentación del fondo marino, probablemente el
fitoplancton enterrará a las diversas comunidades del fondo marino o
sofocará la producción primaria y la biodiversidad en estos ecosistemas
con forma de cañones estrechos.
"Es muy probable que estos extraordinarios ecosistemas que
proporcionan hábitats y zonas de alimentación para el camarón y las
ballenas barbudas y que son puntos calientes de la diversidad del fondo
marino se vean afectados negativamente por el calentamiento climático
muy rápido que está ocurriendo a lo largo de la Península Antártica",
lamenta Smith.
"Los fiordos también son foco de ecoturismo antártico, con miles
de visitantes en cruceros cada año entrando en los fiordos para ver los
pingüinos y las ballenas y para experimentar la gran abundancia y
diversidad de la vida antártica. El calentamiento climático, por lo
tanto, puede cambiar dramáticamente algunos de los más emblemáticos
ecosistemas antárticos", agrega.
"Estos ecosistemas de los fiordos antárticos pueden jugar un papel
desproporcionadamente grande en la alimentación y el reclutamiento de
las especies móviles, incluidos los peces pequeños y las ballenas.
Necesitamos con urgencia una mejor comprensión de la estructura, la
función y la sensibilidad del clima de estas fascinantes comunidades del
fondo marino que están en peligro", concluye Smith.
ep
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