INTERNACIONAL
Ecuador: más de 30.000 tiburones sacrificados para usar sus aletas
THALÍA FLORES / QUITO
Día 31/05/2015 - 05.56h
La legislación del país americano prohíbe la caza de estos animales para el comercio
El anuncio de las autoridades nacionales del hallazgo de unas 200.000 aletas de tiburón, en allanamientos a domicilios en la ciudad costera de Manta, en la provincia de Manabí, fue un jarro de agua fría para los defensores de la naturaleza. Una vez más, la acción depredadora en el Pacífico salía a la luz.
La ley ecuatoriana prohíbe la pesca del tiburón, así como el «aleteo», que consiste en la captura de tiburones para extraerles las aletas, lanzando el resto del cuerpo al mar. Desde hace ocho años, se permite la comercialización solo si es producto de la caza incidental.
En julio de 2007, defensores de los tiburones cuestionaron el decreto 486 que autorizaba la exportación de aletas de tiburón, que había estado penalizado desde 2004. La firma de dicho decreto, por parte del presidente Rafael Correa, se dio en un acto al que acudieron cientos de pescadores y comerciantes de Manabí que apoyaron la decisión ejecutiva.
«Le advertimos al Presidente de las consecuencias que iba a tener la decisión (decreto) porque iba a ser muy difícil saber qué tiburones son de pesca incidental y cuáles de pesca intencional», dice Roque Sevilla, empresario turístico que por muchos años presidió Fundación Natura, una ONG de defensa del medio ambiente, y que también fue alcalde de Quito.
Sevilla habla de las graves consecuencias para el equilibrio del ecosistema marino que tiene el sacrificar a los tiburones, cuya actividad es esencial en la pirámide alimentaria de los mares. Y pide volver a la prohibición de antes.
Con Sevilla coincide la abogada ambientalista Inés Manzano, para quien no hay otra manera de solventar este drama sino derogando el Decreto 486. Advierte que el artículo 247 de dicho decreto resulta inaplicable porque es imposible probar si la pesca del escualo es incidental o no. Además, ella propone actuar para llegar a la mafia del tráfico ilícito de aletas de tiburón.
Justamente ahora Ecuador investigará si está siendo utilizado como centro de acopio para el contrabando internacional de aletas de tiburón a Asia.
El viernes, el presidente Correa señaló que detrás de este tráfico están «pesqueros industriales en alta mar», no necesariamente ecuatorianos, que presuntamente sobornan a inspectores locales para ingresar el producto al país y de allí enviarlo a mercados asiáticos.
«Debemos poner fin a estas redes delincuenciales que no miran más que su interés económico destruyendo el ecosistema», había escrito en su cuenta de Twitter el ministro del Interior, José Serrano, al anunciar la incautación de 200.000 aletas de tiburón, acción en la que se detuvo a cuatro ecuatorianos y un chino, que podrían enfrentar sanciones de entre uno y tres años de cárcel.
Apetecida sopa
Las aletas de tiburón son apreciadas en Asia donde se pagan altos precios (entre $60 y $80 el juego de 4). Se usan para elaborar una cotizada sopa, que se sirve en grandes ocasiones y también con fines medicinales. «Los tiburones tienen ocho aletas, seis son comerciables. Si se han encontrado 200.000 aletas de tiburón son unos 33.333 tiburones sacrificados», comentó a ABC la ambientalista Inés Manzano.
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