Viernes, 25 enero 2013
Zoología
El pez cebra y sus colores del amor
En un estudio reciente, se ha comprobado que tanto machos
como hembras del pez cebra usan sus colores más brillantes durante el
cortejo.
A menudo, los elaborados patrones secundarios de cortejo de muchos animales pasan inadvertidos para el Ser Humano por usar señales fuera de nuestro alcance sensorial natural. Estas señales pueden presentarse en forma de luz ultravioleta, ultrasonidos, impulsos eléctricos o feromonas. Además, puede que la coloración sexual sólo sea expresada brevemente durante el cortejo para evitar atraer a depredadores. El pez cebra (Danio rerio) es un organismo modelo muy estudiado, aunque ha habido pocas investigaciones sobre su conducta de apareamiento.
El equipo de Sophie Hutter, Attila Hettyey, Dustin Penn, y Sarah Zala del Instituto Konrad Lorenz de Etología de la Universidad de Medicina Veterinaria, en Viena, Austria, estudió peces cebra sexualmente maduros. Unos eran de origen salvaje y los otros de una variedad más doméstica. La idea era comparar los sexos y las dos poblaciones tanto en la mañana, cuando se produce el apareamiento y el desove, como más tarde en el día, cuando los peces no realizan tales actividades. Para evaluar las propiedades de coloración, los científicos usaron técnicas no invasivas, como fotografía digital, programas informáticos y observaciones humanas. Los peces fueron fotografiados en el agua, mientras interactuaban entre sí. Las fotografías permitieron a los científicos analizar de forma meticulosa diversos parámetros de la coloración y obtener estimaciones numéricas de tres propiedades de coloración.
A menudo, los elaborados patrones secundarios de cortejo de muchos animales pasan inadvertidos para el Ser Humano por usar señales fuera de nuestro alcance sensorial natural. Estas señales pueden presentarse en forma de luz ultravioleta, ultrasonidos, impulsos eléctricos o feromonas. Además, puede que la coloración sexual sólo sea expresada brevemente durante el cortejo para evitar atraer a depredadores. El pez cebra (Danio rerio) es un organismo modelo muy estudiado, aunque ha habido pocas investigaciones sobre su conducta de apareamiento.
El equipo de Sophie Hutter, Attila Hettyey, Dustin Penn, y Sarah Zala del Instituto Konrad Lorenz de Etología de la Universidad de Medicina Veterinaria, en Viena, Austria, estudió peces cebra sexualmente maduros. Unos eran de origen salvaje y los otros de una variedad más doméstica. La idea era comparar los sexos y las dos poblaciones tanto en la mañana, cuando se produce el apareamiento y el desove, como más tarde en el día, cuando los peces no realizan tales actividades. Para evaluar las propiedades de coloración, los científicos usaron técnicas no invasivas, como fotografía digital, programas informáticos y observaciones humanas. Los peces fueron fotografiados en el agua, mientras interactuaban entre sí. Las fotografías permitieron a los científicos analizar de forma meticulosa diversos parámetros de la coloración y obtener estimaciones numéricas de tres propiedades de coloración.
Dos peces cebra con distintos patrones de color corporal. (Foto: Vetmeduni Vienna / Zala)
Los investigadores descubrieron que tanto machos como hembras experimentaban un cambio en sus patrones de colores (rayas oscuras y claras) sólo durante el periodo del desove, y que algunas diferencias de sexo reflejadas en las rayas se hacían más grandes o sólo se hacían evidentes durante este lapso. También observaron que los individuos masculinos que se veían más coloridos y llamativos al ojo humano se dedicaban a cortejar a las hembras con más frecuencia que los machos menos llamativos. Esto apoya la hipótesis de que los patrones de coloración corporal intervienen de manera importante en la conducta de cortejo y apareamiento del pez cebra.
Tanto la variedad de laboratorio como la de origen salvaje de pez cebra mostraron este fenómeno cromático efímero, pero hubo diferencias en las propiedades de coloración entre las dos poblaciones, y una menor variación individual en la población de laboratorio.
Se necesita investigar más para determinar los mecanismos subyacentes y las funciones exactas de señalización en las fugaces expresiones de patrones cromáticos diferentes en el pez cebra. Los análisis genéticos podrían ayudar a explicar variaciones individuales en la coloración nupcial y proporcionar datos reveladores sobre las funciones evolutivas exactas de este fenómeno cromático sexual.
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