Una mirada nanoscópica a las
algas verdes de la ría
El biólogo Aitor Alonso
identifica once especies nanoplanctónicas del abra del Nervión
El pico es una unidad pequeñísima,
incluso más que el nano, ya que equivale a 10-12. El biólogo Aitor Alonso se ha
dedicado a estudiar las algas verdes de este imperceptible tamaño existentes en
la ría de Bilbao, reparando sobre todo en la parte exterior del estuario del
Nervión. De esta manera, ha conseguido identificar seis géneros y once especies
nano y picoplanctónicas que hasta ahora no habían sido catalogadas en dichas
aguas. Asimismo, ha propuesto unas medidas para optimizar la metodología a
aplicar en estos análisis. Su tesis, defendida en la UPV/EHU, se titula Algas
verdes en el picoplancton y nanoplancton del estuario del río Nervión (Golfo de
Vizcaya).
Todas las algas contienen
clorofila A, pero es la clorofila B la que caracteriza y pigmenta las algas
verdes. “Se han empleado para la producción de biocombustibles, para el
tratamiento de aguas fecales… También se ha investigado con ellas en la
búsqueda de productos para las industrias farmacéutica y cosmética”, dice
Alonso. Pero el punto de partida de esta investigación no han sido las
aplicaciones prácticas de las algas verdes, sino su altísima presencia relativa
entre los organismos más pequeños del estuario del Nervión: “Abundan, sobre
todo, entre las algas más pequeñas del plancton, es decir, el picoplancton. La
mayoría de lo que se puede encontrar en ese tamaño, aparte de bacterias, son
algas verdes”. Así pues, su objetivo principal ha sido conocer un poco más
sobre esta diversidad específica. Datos como, por ejemplo, que las algas verdes
más abundantes son las del grupo de las clorofitas, que dominan la parte
exterior de este estuario durante el verano.
Especies y la técnica TSA-FISH
Las muestras recogidas por Alonso
entre el 2007 y el 2010 han servido para aislar y analizar 26 cepas de algas
verdes, procedentes del estuario del Nervión o de otros cercanos. “Sabíamos que
las algas verdes eran un grupo importante, pero no qué especies lo componían
realmente”, explica. Partiendo de dichas 26 cepas, en su investigación ha
conseguido identificar seis géneros y once especies distintas: Eutreptiella (E.
eupharyngeae y E. gymnastica), Mamiella (M. gilva), Nephroselmis (N.
pyriformis), Pyramimonas (P. orientalis, P. moestrupii, P. grossii, P. robusta
y P. propulsa), Oltmannsiellopsis (O. unicellularis y O. viridis) y cf. Chlamydomonas.
El principal objetivo de Alonso
era poner nombre a las especies que conforman la comunidad de algas verdes de
la ría de Bilbao, pero el camino recorrido para llegar a ello ha sido, también,
una importante aportación de esta tesis. Estudiar organismos de una fracción
tan pequeña como la picoplanctónica resulta complejo, y en este caso se ha
optado por la combinación de tres técnicas: la epifluorescencia (una
alternativa avanzada al microscopio óptico convencional), la citometría de flujo
(utilizada para clasificar y contar células que se encuentran en fluidos) y la
técnica TSA-FISH (amplifica, en mayor medida que otras técnicas, las señales
fluorescentes empleadas como marcadores de las algas, incrementando la
sensibilidad y facilitando el análisis). El investigador ha hecho una serie de
propuestas para mejorar el rendimiento de dichas técnicas y hacer una correcta
interpretación de los resultados obtenidos mediante estas.
Alonso se ha centrado, sobre
todo, en los problemas y posibles soluciones a la aplicación de la Tyramide
Signal Amplification (TSA)-FISH. Concluye que, para que el recuento de
fitoplancton sea lo más universal posible, un protocolo basado en esta técnica
debe cumplir ciertas premisas. Por ejemplo, como la TSA-FISH presenta
dificultades a la hora de realizar el recuento de muestras, recomienda optar
por la citometría de flujo para esta labor. Asimismo, en la investigación se
han observado deficiencias en la permeabilidad de ciertos cultivos analizados,
lo que puede llevar a pasar por alto la importancia de algún que otro grupo de
microalgas que, en realidad, puede ser significativo en la comunidad. Con el
objeto de evitar este problema, se propone el empleo de una permeabilización
extra, mediante un tratamiento enzimático. Con estas medidas, el TSA-FISH
permitiría una medición sencilla, cuantitativa, precisa y fiable, así como la
monitorización de las poblaciones fitoplanctónicas.
Sobre el autor
Aitor Alonso González (Basauri, 1983) es doctor en Biología y tiene un master en Contaminación y Toxicología Ambientales. Ha redactado la tesis bajo la dirección de Emma Orive Aguirre y Sergio Seoane Parra, profesores del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU. Asimismo, ha llevado a cabo la tesis en el Laboratorio de Fitoplancton de la misma universidad.
Pie de foto: Aitor Alonso, autor de la tesis. (Foto: Monika del Valle / Argazki Press).
Aitor Alonso González (Basauri, 1983) es doctor en Biología y tiene un master en Contaminación y Toxicología Ambientales. Ha redactado la tesis bajo la dirección de Emma Orive Aguirre y Sergio Seoane Parra, profesores del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU. Asimismo, ha llevado a cabo la tesis en el Laboratorio de Fitoplancton de la misma universidad.
Pie de foto: Aitor Alonso, autor de la tesis. (Foto: Monika del Valle / Argazki Press).
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