El krill podría resultar muy afectado por el calentamiento global
El
modelado de los efectos del aumento de la temperatura del mar en el
océano Austral indica que el krill de las áreas cercanas a Georgias del
Sur puede ser el más afectado de la región por los efectos del
calentamiento global.
Mediante el uso de modelos estadísticos, un
de investigadores del British Antarctic Survey (BAS) y del Laboratorio
Marino de Plymouth evaluó el posible impacto de los aumentos de
temperatura proyectados en el mar de Weddell, el mar de Escocia y el
Pasaje Drake del sur. Esta región ya ha experimentado un calentamiento
de la superficie del mar de 1 °C en los últimos 50 años. Y las
proyecciones sugieren que la temperatura podría aumentar otro 1 °C más
para finales del siglo 21.
En las primeras etapas de su ,
el krill requiere aguas profundas con baja acidez y un estrecho rango
de temperaturas para que sus huevos eclosionen y se desarrollen con
éxito. Después, las larvas se alimentan de las algas de la parte
inferior del
marino. El krill es especialmente sensible a la temperatura del mar en
las zonas donde crecen como adultos, como por ejemplo alrededor de
Georgia del Sur. Los adultos necesitan temperaturas adecuadas y una
cantidad suficiente del tipo adecuado de alimento (fitoplancton de mayor
tamaño) para crecer y reproducirse. Muchas de estas funciones
ambientales esenciales (temperatura, acidez, hielo marino y
disponibilidad de alimentos) podrían verse afectadas por el cambio
climático.
Cuando los científicos modelaron los efectos
esperados del aumento de la temperatura del mar, los escenarios más
pesimistas sugirieron que el calentamiento podría reducir el hábitat de
crecimiento del krill en general hasta en un 20%. Sin embargo, Georgia
del Sur, que se encuentra dentro de la zona probablemente más afectada,
podría tener una reducción del hábitat del krill tan alta como 55%.
Como Georgia del Sur es el
de animales como los lobos marinos y los pingüinos macaroni, que
dependen del krill, y de otros como los albatros de ceja negra, que
comen grandes cantidades de krill, dicha reducción marcada en el hábitat
del krill podría afectar de manera significativa sus poblaciones.
El krill se pesca comercialmente en el océano
Austral, y aunque las capturas actuales son considerablemente menores al
1% de la biomasa estimada, existe el riesgo de que capturas altas en
pequeñas escalas de espacio puedan reducir la disponibilidad de krill
para los depredadores, como los pingüinos y lobos marinos.
Cualquier reducción en la disponibilidad de krill
podría ser especialmente perjudicial durante la época de reproducción.
Los autores de este
sugieren que se podrían poner en práctica sistemas de gestión mejorados
para garantizar que la pesca del krill tenga en cuenta tanto la demanda
creciente de las capturas comerciales como el cambio climático. El
cierre temporal de la pesquería de krill en las aguas de Georgia del Sur
es un buen ejemplo de cómo la demanda de krill de los depredadores
puede protegerse durante la temporada de reproducción.
Si bien este estudio utiliza los mejores
conocimientos disponibles para estimar los posibles impactos del cambio
climático, es imposible predecir el futuro con certeza. Este estudio se
suma a otros que sugieren que la acidificación inducida por el hombre y
la pérdida de hielo marino pueden afectar a las poblaciones de krill
antártico.
27/09/13
FIS.COM
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