jueves, 10 de octubre de 2013

¿Qué tienen en común la ballena azul y el humano?

Jueves, 10 octubre 2013
Biología

¿Qué tienen en común la ballena azul y el humano?


El sistema inmune de la ballena azul del Golfo de México es tan bueno como el de los humanos y otros mamíferos terrestres; la especie es sana y podría resistir una epidemia de bacterias u hongos. Así lo da a conocer el primer estudio en su tipo que se lleva a cabo a nivel mundial por investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México.

El doctor Jorge Ortega Reyes, titular de la investigación que realizó en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB/IPN), explicó que el ADN de los cetáceos lo obtienen de un pedazo de su tejido, mediante una máquina es secuenciado un gen específico, en este caso el DQA con el que puede identificarse la inmunidad de la especie, y se amplifica con el fin de observar su variabilidad.

“Se analizó el tejido de 80 individuos, obtuvimos 33 secuencias, 10 muy diferentes y 23 comunes. Es decir, comparamos –por ejemplo- dos individuos y tienen diferente secuencia, lo que hace que respondan de manera distinta a una enfermedad”.

La investigación demostró que la población de ballena azul en el Golfo de México es muy sana en cuanto al gen DQA, es decir, saludable en cuestión de respuesta inmune. “Encontramos haplotipos –configuración genética del cromosoma- con cambios poco frecuentes, lo que muestra que la población es distinta y sana”.

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Ballena azul. (Foto: DICYT)

Además de la ballena azul del Golfo de México, el IPN ha estudiado a las especies de osos negros y murciélagos. Para el primero, estudió la metapoblación a fin de saber cómo migran, y los segundos conocer cuántas especies hay en Centroamérica. El oso negro es un mamífero que se localiza desde Alaska hasta el centro de México; la población mayor se encuentra en Coahuila. Los investigadores de la ENCB-IPN seleccionaron fecas (excremento del oso) en seis puntos de la región norte del país (Nuevo León y Coahuila) y su análisis mostró que la especie forma parte de una metapoblación, es decir, poblaciones divididas en grupos que pueden emigrar o inmigrar.
Dicho estudio demostró que existe una dinámica poblacional, ejemplares de la especie bajan de un cerro y suben a otro para buscar alimento.

El IPN da a conocer que en Nuevo León, las cuatro subpoblaciones estudiadas se han mezclado entre ellas. Mientras en Coahuila hay dos separadas que no se han mezclado con las de Nuevo León.

En cuanto a los murciélagos, la ENCB del IPN inició con el estudio de la especie de Campeche, después abarcó a la población de la Península de Yucatán y finalmente los países de Centroamérica.

El doctor Ortega Reyes comentó que se incluyeron 26 especies de la Península y 17 de Centroamérica. “Para el estudio empleamos el citocromo oxidasa, que es código de barras; la investigación arrojó que hay seis haplotipos de la especie vampiro, ocho de glosofaga (que se alimentan de néctar); del artibus, una especie que come frutos, hay 30 haplotipos”.

La investigación se realizó de manera conjunta con la Universidad de Guelph en Canadá, que también hizo un estudio con murciélagos. (Fuente: AGENCIA ID/DICYT)

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