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Kafloat
ofrece un sistema de seguridad para que los barcos retrasen o eviten
que una nave se inunde de agua o vuelque. Al activarse de forma
inteligente, tanto automática como manualmente, salen los flotadores al
exterior dónde se inflan a la presión correspondiente hasta que se
conforman, suministrando el empuje necesario para evitar el hundimiento
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El sistema de reflotación de barcos ideado y
desarrollado por la empresa gallega Kafloat podría incorporarse a las
nuevas exigencias de seguridad planteadas por el Ministerio de Fomento a
raíz del hundimiento este martes del buque "Siempre Casina" en la costa
lucense
¿El objetivo? Evitar o, al menos, retrasar el hundimiento de las naves
por inundación o vuelco. El escalofriante dato de que cada año 24.000
pescadores mueren en el mar hace de la pesca el sector con el mayor
índice de accidentes laborales en la UE. Son cifras que avalan la
necesidad de este sistema de flotación.
Con una inversión de más de tres millones de euros, el nuevo sistema de
seguridad representa hoy la gran esperanza para el sector marítimo. De
hecho, la Dirección General de la Marina autorizó el pasado mes de julio
la instalación del sistema Kafloat en barcos de hasta 30 metros de
eslora. Ésta aconseja firmemente su uso. Una buena noticia para Kafloat,
porque después de varios años de trabajo en I+D, ahora el negocio
empieza a dar fruto.
El día 1 de Abril tuvieron lugar en los Astilleros de Huelva, SA las
segundas pruebas reales del Sistema KAFLOAT. Este sistema responde a una
patente española de origen gallego cuyo objetivo es mantener a flote
una embarcación tanto en el caso de una entrada o vía de agua como en el
caso de un posible vuelco.
La novedad del Sistema KAFLOAT reside en la flotabilidad adicional que
proporciona a la nave o embarcación afectada el empuje de unos
flotadores alojados en unos módulos instalados en el costado. Estos
módulos están convenientemente distribuidos y colocados a la parte
interna del mismo por debajo de la línea de flotación. Al activarse de
forma inteligente, tanto automática como manualmente, salen los
flotadores al exterior dónde se inflan a la presión correspondiente
hasta que se conforman, suministrando el empuje necesario para evitar el
hundimiento, o la estabilidad que impide el vuelco de la embarcación.
La primera prueba real tuvo lugar hace tres meses y medio. Se efectuó
sobre un pesquero propiedad de KAFLOAT, de 26 metros de eslora y 200
toneladas de desplazamiento. Esta segunda prueba real en el mismo buque
pesquero, a flote, fue más ambiciosa que la primera.
En esencia consistió en inundar el mayor compartimiento estanco del
barco, la bodega de pescado en este caso, que en una situación real
hubiese prácticamente provocado su ulterior hundimiento. El empuje
proporcionado por 12 flotadores del sistema aportó el complemento
necesario a la reserva de flotabilidad del barco para que quedase, en
asiento correcto, con condiciones de proceder a puerto o ser remolcado
con la debida seguridad.
Los flotadores, corazón del sistema, funcionaron con toda actitud y se
comprobó también la bondad de los módulos de estabilidad previstos.
Para Vicente López-Perea, fundador de la empresa Kafloat, 71 años no es
edad para retirarse, incluso es buena para emprender. En 2001, este
gallego decidió mejorar las condiciones de trabajo de los pescadores con
un nuevo sistema de seguridad de flotación para los barcos, del que
tiene la patente.
En el desarrollo de la patente colaboran las empresas PARAFLY, SA que se
encarga de lo que hemos denominado coloquialmente “corazón del Sistema”
o módulos de flotación; SENER, SA que realiza los cálculos de
estabilidad, “cerebro del Sistema”, y dispone los módulos en situación
adecuada; y ASTILLEROS DE HUELVA, S.A., dónde se efectúan las pruebas y
se encarga de la instalación del Sistema a bordo.
El Sistema KAFLOAT, fundamental en lo que respecta a la Seguridad de la
Vida Humana en la Mar, también está patentado, además de en España, en
la Unión Europea (18 países), Estados Unidos, Canadá, Japón, Hong-Kong y
Australia. Se introducirá comercialmente dentro de un año y medio.
(KAFLOAT)
El Gobierno español ha subvencionado ya con casi 900.000 euros el
desarrollo de este dispositivo, que lleva el nombre de la empresa, y
está planteándose amortizar cuanto antes su inversión incluyéndolo en el
paquete de nuevas exigencias de seguridad para barcos anunciado en
Burela por la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, que adelantó que
en un plazo máximo de dos semanas su Departamento y el de Pesca
suscribirán un convenio para mejorar la condiciones de seguridad de los
pesqueros ante un hipotético nuevo accidente marítimo, citando entre las
medidas previstas que los buques de menos de 15 metros deberán disponer
de GPS para una localización vía satélite inmediata y una caja negra
similar a la de los aviones.
El presidente fundador de la empresa gallega Kafloat, Vicente
López-Perea, mantuvo una reunión con representantes de la Dirección
General de la Marina Mercante del Ejecutivo central para ultimar los
detalles de la autorización de este sistema en España y para evaluar la
viabilidad de la incorporación de este dispositivo a toda la flota
española. Respecto a la autorización, y tras varios contactos
telefónicos a lo largo de la semana, la empresa ha recibido un escrito
en el que la Dirección General de la Marina Mercante manifestaba que
"examinado el documento sobre pruebas y ensayos -enviado por Kafloat a
Fomento-, no vemos inconveniente para su implantación", por lo que,
según han valorado fuentes de la empresa, es más que probable que el
visto bueno oficial de la Administración del Estado al dispositivo se
produzca en breve.
El interés del Ejecutivo en el sistema Kafloat, del inglés ´Keep a
float´ (mantener a flote), no es nuevo. Desde 2002 se han aprobado
varias partidas presupuestarias destinadas a cofinanciar los proyectos
de investigación y desarrollo (I+D) necesarios para hacer que la idea se
convirtiese en algo tangible, a través del Programa de Fomento de la
Investigación Técnica (Profit). Kafloat ha recibido un total de 878.000
euros entre los años 2002 y 2004 procedentes del Profit, antiguamente
gestionado por el desaparecido Ministerio de Ciencia y Tecnología y
actualmente por la Dirección General de Política Tecnológica, compartida
por los Ministerios de Industria y Educación.
El coste total del proyecto ha supuesto una inversión total por parte de
la empresa de 2,5 millones de euros, de los que más de la mitad se han
destinado a I+D, mientras que el resto se ha gastado en gestión de
patentes, personal, pruebas y material.
La aplicación práctica del dispositivo tiene ya una estimación de
costes. Estos dependen directamente de la envergadura del barco, pero
Kafloat calcula que puede suponer entre el 3,5 y el 5 por ciento del
coste total de la embarcación.
En principio, el sistema es aplicable a cualquier tipo de barco y es
susceptible de ser incorporado a cualquier embarcación ya construída. En
todo caso, los planes de la empresa se concretan en empezar implantando
el dispositivo en embarcaciones de menos de 30 metros -pesqueros de
bajura y barcos de recreo- para, en una segunda fase de la expansión del
negocio, pasar a pesqueros de altura y mercantes.
El orden de prioridades de la empresa coincidiría con los planes de
exigencias de seguridad anunciados por el Ministerio de Fomento a raíz
del hundimiento del "Siempre Casina", específicamente dirigidas a los
barcos de menos de 15 metros de eslora.
La gestión de la patente de la idea en España en 1998 fue una de las
primeras medidas adoptadas por la empresa tras su constitución para
proteger el invento. Actualmente, el Kafloat está patentado en todos los
países de la Unión Europea, en Canadá, en los Estados Unidos, en Japón y
en Hong Kong, de manera que, de ser autorizado, podría implantarse ya
en las flotas de todos estos estados. La autorización para España está
en negociación desde hace ya tiempo, pero el naufragio del "Siempre
Casina" podría no sólo precipitar la resolución positiva del visto
bueno, sino también la obligatoriedad de su instalación en todos los
barcos de la flota española.
El Kafloat ha sido testado con éxito en dos ocasiones en Huelva. La
primera prueba se realizó en diciembre de 2002 y la segunda tuvo lugar
en abril de 2003, ambas sobre un barco prototipo de 26 metros de eslora
tanto en seco como a flote y con éxito, según fuentes de la empresa. La
segunda de las pruebas consistió en inundar la bodega del barco con
80.000 litros de agua de mar y, tras la activación de todos los
sistemas, se recuperó la flotación y el asiento.
El sistema Kafloat basa su ´atractivo´ como dispositivo preventivo de
seguridad marítima en que permite que el personal embarcado permanezca a
bordo hasta que lleguen los equipos de rescate, facilita la
conservación de la carga evitando la pérdida económica y sobre todo
ecológica en caso de productos contaminantes y mantiene la flotabilidad
del barco para su traslado, ya sea por sus propios medios de gobierno o
remolcado, hasta el punto más cercano.
La empresa que ha ideado este "airbag" para barcos tiene sede en A
Coruña y ha bautizado el dispositivo con su propio nombre, Kafloat. Se
trata de un sistema que permite mantener a flote cualquier barco cuando
se produce una situación de emergencia derivada de la aparición de una
vía de agua, una colisión, una filtración, una varada o cualquier otro
accidente que pueda provocar el hundimiento o el vuelco de un barco.
En esencia, el sistema Kafloat consiste en la instalación de unos
módulos de flotación estancos de tamaño adecuado, situados en el
interior del casco y adosados a sus costados a lo largo de la parte del
barco que permanece sumergida; unos flotadores plegados realizados con
material muy resistente; unos sistemas de inflado y mantenimiento de la
presión de dichos flotadores mediante un fluido; y una unidad de control
que recibe la información procedente de sensores convenientemente
dispuestos en el interior del barco.
La unidad de control es el ´cerebro´ del sistema, ya que es la encargada
de activar la alarma en cuanto se detecta la entrada de agua en uno o
mas de los compartimentos estancos o en la totalidad del barco para que
inmediatamente se pongan en funcionamiento los elementos de flotación.
En cuanto la unidad de control da la orden, se ponen en marcha varios
subsistemas que activan el mecanismo de expulsión e inflado de los
flotadores en función de la información recibida sobre la altura de la
inundación o sobre el grado de inclinación del barco, dependiendo de si
la emergencia consiste en una entrada de agua o en un peligro de vuelco.
El sistema se puede activar de forma automática o manual. La activación
manual, que puede ser selectiva pero siempre implica el inflado de dos
flotadores para garantizar la estabilidad a babor y estribor, permite
adelantarse a daños mayores. En cualquier caso, una vez inflados los
flotadores estos permanecen anclados a la estructura del casco para
compensar la falta de estabilidad y flotabilidad que pueda estar
sufriendo el barco, evitando así su hundimiento.
La activación de los flotadores supone una garantía de flotación de más
de 24 horas y no implica la substitución completa del sistema una vez
que el barco está a salvo, sino que, al igual que ocurre con el airbag
de un coche, solamente exige el recambio de los flotadores, ya que la
instalación, que es la parte más costosa, es permanente. |
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