La
investigación ha sido desarrollada por el grupo de ecofisiología,
biomarcadores y gestión sostenible de bivalvos del Instituto de
Investigaciones Marinas (IIM).
El Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) ha evaluado los efectos de la
acidificación oceánica derivados del cambio climático en la almeja fina
(Ruditapes decussatus) y el mejillón (Mytilus galloprovincialis), y los resultados obtenidos revelan que la absorción por parte del océano del CO2 atmosférico y el descenso del pH tiene efectos en la fisiología de estas especies y en su potencial de crecimiento.
La investigación ha sido desarrollada por el grupo de ecofisiología,
biomarcadores y gestión sostenible de bivalvos del Instituto de
Investigaciones Marinas (IIM).
“Los océanos desenvuelven un papel determinante en la mitigación del
cambio climático al disolver hasta un 50% del carbono antropogénico
que procede de la atmósfera. Esta acción tiene sus contrapartidas para
el medio marino, porque altera la química del carbono inorgánico del
agua de mar”, explica María José Fernández Reiriz, investigadora
científica del CSIC y responsable del grupo ecofisiología,
biomarcadores y gestión sostenible de Bivalvos del IIM.
Ante esta problemática, y teniendo en cuenta las previsiones de incremento de CO2, la comunidad científica está intentando determinar qué especies pueden verse más afectadas por la acidificación oceánica.
Especies de interés comercial para Galicia
“Dado que la almeja y el mejillón son de notable interés comercial
para Galicia, constituyen las dos principales especies sobre las que
llevamos trabajando durante más de 30 años y hasta la fecha no se había
profundizado en cómo pueden verse afectadas por la acidificación
oceánica, las hemos seleccionado como objeto de estudio para estas
primeras investigaciones”, dice María José Fernández Reiriz.
Los juveniles de almeja se expusieron durante 87 días al nivel de pH
actual de la Ría Formosa (Portugal) y a 2 niveles de pH reducido (0,4
y con 0,7 unidades). Este último nivel de acidificación es al que,
según predicciones científicas, se podría llegar en el año 2300. Por su
parte, los juveniles de mejillón se expusieron durante 78 días al
nivel de pH actual de la Ría Formosa (Portugal) y a 2 niveles de pH
reducido (0,3 y 0,6 unidades).
“Los resultados permiten establecer que el cambio climático provoca
alteraciones en la fisiología alimentaria y digestiva de los bivalvos
estudiados y que, si se cumplen las predicciones científicas, estas
alteraciones serán diferentes para ambas especies", afirman los
científicos.
Así, "mientras que los efectos de la acidificación del mar pueden
alterar gravemente la viabilidad de las poblaciones de almeja fina, en
el caso del mejillón se observa una adaptabilidad que repercute
positivamente en su crecimiento potencial”, concluyen.
Los trabajos de investigación que han conducido a estos resultados, publicados en la revista SCI Marine Ecology Progress Series,
se enmarcan en el proyecto europeo “The integrated impacts of marine
acidification, temperature and precipitation changes on bivalve coastal
biodiversity and fisheries: How to adapt?”, integrado en la Red del
Espacio Europeo de Investigación en Cambio Climático CIRCLE.
El proyecto comenzó en 2008 y está liderado por el CSIC con la
participación del Centro de Ciências do Mar (Universidade do Algarve),
la Universidad de Padova (Italia) y la Universidad de Túnez.
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