miércoles, 28 de noviembre de 2012

El glaciar Columbia se «jubila»

El glaciar Columbia se «jubila»


La enorme extensión de hielo de Alaska ha perdido gran parte de su masa en los últimos años

El emblemático glaciar Columbia, en Alaska, uno de los que más rápido del mundo se mueven, se podría retirar en 2020. Un modelo informático presentado por la Universidad de Colorado Boulder predice la retirada del glaciar, cuándo se detendrá y dónde establecerá su nueva posición estable. El estudio, publicado en la revista «Cryosphere» de la Unión Geofísica Europea, estima que se ubicará a 15 kilómetros aguas arriba de la posición estable que tenía ante de 1980.
A lo largo de la historia de la Tierra, los glaciares han jugado un papel fundamental en la formación de valles y montañas rocosas. Sin embargo, ahora, por el cambio climático, los glaciares están retrodeciendo, desapareciendo y dejando de esculpir al planeta.
El aumento en las temperaturas del aire han provocado ha provocado la ruptura del glaciar, y ahora grandes pedazos de éste se han desprendido y flotan en el océano. «En la actualidad, el Glaciar Columbia está de parto, desprendiendo alrededor de 2 millas cúbicas de icebergs en el océano cada año, que es cinco veces mayor que el agua dulce que todo el estado de Alaska utiliza anualmente» ha apuntado, William Colgan el líder de la investigación.
El glaciar Columbia es una gran masa de 425 millas cuadradas (1.100,7 kilómetros) que está multiramificada en el centro-sur de Alaska y que se mueve hacia el sur de las Montañas Chugach. La «jubilación» del Columbia de inminente, y esto ha sorprendido a los científicos ya que dificulta los cálculos que estiman la subida de los niveles de los océanos.
Muchos especialistas, explica Colgan, se han sentido cómodos al pensar que este glaciar contribuiría de forma directa en el aumento del nivel de los océanos, y así ellos podrían hacer sus curvas de predicciones a futuro, un modelo que les serviría para los próximos 100 o 200 años. Hay otros especialistas, como William Pfeffer, que han monitoreado en vídeo el retroceso de este glaciar para ser más precisos a la hora de hacer estimaciones sobre el amunto del nivel del mar.

Vida difícil de pronosticar

La «contribución» de un glaciar en el aumento de las aguas se puede «encender» o «apagar» rápidamente, durante un par de años, pero su calendario de vida es muy difícil de pronosticar.
En el presente, destacan los investigadores, la mayor parte del incremento en el nivel de las aguas proviene de la población de glaciares. Sin embargo, muchos de estos ya se están «jubilando», aunque otros están volviendo de su retiro.
«La naturaleza y la velocidad de los ciclos de vida de los glaciares dificulta mucho el proceso de predecir con precisión la cantidad de la subida del nivel del mar que se producirá en las próximas décadas», apunta Colgan.
El glaciar Columbia se documentó por primera vez en 1794, cuando parecía estar estable y con una longitud de 65 kilómetros. Desde entonces ha empezado a perder masa. Durante 1980 comenzó a retirarse y en 1995 solo tenía 57,9 kilómetros de largo, que en la década de los 2000 ha disminuido a 54,7 kilómetros.
La pérdida masiva del área del Columbia ha generado un número masivo de icebergs desde 1980. En 1989 el petrolero Exxon Valdez encalló en la bahía del Príncipe Guillermo tratando de evitar uno de estos gigantescos iceberg provocando uno de los mayores derrames de petróleo en la historia de los Estados Unidos. A partir de allí se empezó a invertir numerosos recursos para entender la producción de icebergs.
Como resultado, el Columbia, se convirtió en uno de los glaciares más documentados en el mundo, aprovisionando a los científicos de un banco de datos para el estudio de estos y cómo reaccionarían al cambio climático.

No tiene salvación

Colgan se preguntó sobre por cuanto tiempo más el Columbia va a continuar su retirada. Para responder a esa pregunta, él y otros investigadores crearon un modelo flexible sobre el glaciar con criterios como el grosor del hielo, a través de ordenadores.
El equipo comparó distintas variables y encontraron que cerca de 2020 el glaciar se retirará. La rapidez de este retroceso de debe a su naturaleza de glaciar de marea.
Los glaciares en tierra solo pierden su masa por la escorrentía, es decir, por la erosión producida por una corriente de agua, a causa del calentamiento. Por el contrario, en los de marea, los cambios en el groso del hielo como resultado del derretimiento de la superficie crea modificaciones llamativas que se combinan con el flujo del hielo.
La respuesta dinámica del Columbia al derretimiento en su superficie continuará hasta que alcance una nueva posición estable, que no será hasta 2020. «Una vez que termine este proceso, continuará su retirada a través de la depresión rocosa», explica Colgan
Colgan considera que su modelo de estudio debería aplicarse a otros glaciares, como los de Groenlandia, que en la actualidad con las principales fuentes del aumento del nivel del mar.
«Es realmente triste. No hay prácticamente ninguna posibilidad de que el glaciar Columbia recupere las dimensiones que tenía antes de retiro, por lo menos, no en una escala de tiempo humana», concluyó.

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