El permafrost (capa de tierra
permanentemente helada) de Siberia y Alaska, que contienen grandes
reservas de carbón están comenzando a deshelar, trayendo consigo la
amenaza de un gran aumento en el calentamiento global para el año 2100,
según un informe de la ONU presentado este martes en el marco de la
Conferencia del Clima de Doha (Qatar).
El estudio del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA) señala que un deshielo de las grandes extensiones de permafrost
de Rusia, Canadá, China y los Estados Unidos también amenaza a las
viviendas locales, carreteras, ferrocarriles y oleoductos, el Programa
Ambiental de las Naciones Unidas (PNUMA), dijo en el informe que se
publicó en el clima de la ONU conversaciones que se celebra esta semana y
la próxima en Qatar.
"El permafrost ha empezado a descongelarse", ha
explicado el autor principal del estudio, Kevin Schaefer, de la
Universidad de Colorado. En este sentido, ha explicado que un deshielo
acelerado liberaría enormes cantidades de carbono y metano, que se
encuentra atrapado en en el subsuelo desde hace miles de años.
De este modo, el estudio señala que se podrían liberar el
equivalente a entre 43.000 y 135.000 millones de toneladas de CO2 para
el año 2100. "Un deshielo del permafrost significa que las proyecciones
de la ONU sobre el aumento de temperaturas a finales de siglo podrían
ser demasiado bajas", ha explicado.
El propio PNUMA ya publicó un informe la pasada semana en el que
adevertía de las emisiones de gases de efecto invernadero podrían
incrementarse de media entre 3 y 5 grados centígrados para 2100, una
previsión muy por encima del tope de 2 grados centígrados fijados por el
Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC) para
evitar más inundaciones, sequías, olas de calor y aumento del nivel del
mar.
El informe del PNUMA no recogía los riesgos derivados del deshielo
del permafros que, a juicio de este experto, se convertiría en un
círculo vicioso, ya que al liberar gases de efecto invernadero,
aumentaría el calentamiento y, a su vez, el deshielo. "Eso podría traer un efecto irreversible, fuera de control", añade.
Por su parte, el director del PNUMA, Achim Steiner, ha advertido
en un comunicado que el permafrost es una de las claves para el futuro
del planeta y que su impacto potencial sobre el clima, los ecosistemas y
la infraestructura se ha descuidado durante demasiado tiempo.
Por ello, los autores del estudio sugieren un informe especial
sobre el permafrost por parte del panel de expertos del IPCC. No
obstante, uno de los vice-presidentes de este panel, Jean-Pascal van
Ypersele, considera prematuro señalar la necesidad de un informe
monográfico sobre este fenómeno.
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