La primera nave, a juzgar por sus restos descubiertos a una profundidad
de 1.180 metros, era un buque mercante que se hundió en el siglo III de
nuestra era, en la época del Imperio Romano. Con la ayuda de equipos
submarinos se recuperaron varias ánforas y un recipiente de mármol de 30
centímetros.
Las fotografías demuestran que en el lugar del naufragio hay ánforas,
vasijas, dos anclas, fragmentos del casco y restos del lastre utilizado
para mejorar la estabilidad.
Los restos de la segunda nave, que también se hundió en la época romana,
se encuentran a una profundidad de 1.375 metros. Allí hay losas de
piedra, ánforas, utensilios de cocina, diversos objetos de metal y
restos del lastre.
Científicos descubrieron también restos de un barco que se habría hundido en el siglo XVII-XVIII de nuestra era
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