jueves, 24 de octubre de 2013
lunes, 14 de octubre de 2013
200 días sin posarse
200 días sin posarse
Del oeste africano al centro de Europa: la
migratoria es habitual en muchas especies de aves, pero la novedad es
que, por primera vez, se ha podido demostrar que al menos tres
ejemplares de vencejo real (Tachymarptis melba) han dedicado 200 días al
recorrido, y que lo han hecho sin posarse. Todas las actividades,
incluido dormir, se hicieron en el aire, señala el dirigido por Erich Bächler, del Instituto Ornitológico de Suiza, en un artículo publicado en Nature Communications.
El
se hizo siguiendo unos emisores en los animales que recogían la
actividad de las aves, y así se pudo verificar que no dejaban de aletear
o planear ni un momento. Hasta ahora, afirman los zoólogos, esta
actividad continuada se había documentado en animales marinos.
El
mayor problema –al que los autores dedican más discusión- es al
problema del sueño. Los datos muestran que hay periodos de menor
actividad, en los que se supone que el pájaro descansaba, pero no que se
posara (salvo que lo hiciera siempre con la misma configuración del
cuerpo y las alas que cuando planean de día, por ejemplo). Esto quiere
decir que no hay privación de sueño durante largos vuelos, algo que iría
contra la de los animales, afirman en el artículo.
El
ensayo empezó en zonas de reproducción en Suiza, y se observaron dos
pautas diferentes: al emigrar al sur hay periodos de descanso. Es en la
posterior vuelta al norte cuando parece que no hay descanso. Eso se pudo
comprobar porque de seis animales marcados se recuperaron datos de
tres.
La muestra es pequeña, admiten los autores, pero la coincidencia de datos apunta a que el comportamiento es general.
09/10/13
EL PAÍS (España)
Robo de nutrientes a una de las bacterias más grandes del mundo
Microbiología
Robo de nutrientes a una de las bacterias más grandes del mundo
En el fondo del Pacífico, frente al litoral de México, habita
una de las bacterias más grandes del mundo: la Thioploca. Es tan grande
que puede notarse a simple vista como un puntito diminuto.
Los individuos de esta especie suelen convivir con otros miembros de su estirpe, conformando así manojos largos y esponjosos de bacterias.
Las Thioploca se alimentan de nitrato, que absorben del agua, y cuando han obtenido su ración, se retiran a su guarida bajo el lecho marino. Las bacterias retroceden por su tubo o "vaina" con una longitud que puede alcanzar los 20 centímetros, hasta llegar al agujero del fondo marino que les sirve de refugio, y cuando necesitan nutrirse nuevamente, emergen de nuevo a través del tubo.
El equipo de Bo Thamdrup, del Centro Nórdico de Estudios de la Evolución de la Tierra en la Universidad del Sur de Dinamarca, y sus colegas del Pomona College en California, y de otras instituciones estadounidenses, ha hecho un hallazgo inesperado sobre esta bacteria gigantesca.
Bacterias
Thioploca capturadas por los autores del estudio durante su expedición
científica en el Océano Pacífico. (Foto: Loreto de Brabandere)
El
equipo de Thamdrup constató que una cantidad sorprendentemente grande
de nitrato desaparecía en los puntos ocupados por estas "madrigueras"
bacterianas, una cantidad demasiado elevada para atribuirla solo al
consumo normal a cargo de estas bacterias enormes.
Cuando Thamdrup y sus colegas investigaron a fondo el caso, vieron que la Thioploca no es la única responsable del consumo del nitrato. Dentro de los tubos, los científicos encontraron que bacterias ajenas a esa especie, mucho más pequeñas, le robaban nitrato a la Thioploca cuando ésta se retiraba a su guarida con su provisión de nitrato. El misterio ha quedado pues aclarado.
Cuando Thamdrup y sus colegas investigaron a fondo el caso, vieron que la Thioploca no es la única responsable del consumo del nitrato. Dentro de los tubos, los científicos encontraron que bacterias ajenas a esa especie, mucho más pequeñas, le robaban nitrato a la Thioploca cuando ésta se retiraba a su guarida con su provisión de nitrato. El misterio ha quedado pues aclarado.
¿Cómo es el interior de los remolinos oceánicos?
¿Cómo es el interior de los remolinos oceánicos?
Durante
su estancia en el mar, el vehículo oceanográfico ha remitido vía
satélite al centro tecnológico toda la información que iba recogiendo.
Los remolinos del golfo de Bizkaia
se habían estudiado hasta el momento mediante imágenes de satélite,
modelos oceanográficos y boyas que derivan con la corriente. Una
campaña de AZTI-Tecnalia observa in situ las tres dimensiones
del remolino, mediante el uso del planeador submarino Glider, que se
desplaza verticalmente en las aguas con una trayectoria en zig-zag.
Durante su estancia en el mar, el vehículo oceanográfico ha
remitido vía satélite al centro tecnológico toda la información que iba
recogiendo. De este modo, se ha podido observar que estos remolinos
alteran notablemente la profundidad de la termoclina estacional, así
como la concentración de clorofila y turbidez. Sin embargo, pese a
saber que cuentan con una profundidad de más de 1.000 metros, los
investigadores no pueden determinar con exactitud su extensión vertical
total, ni el lugar en el que se originan.
Para completar la información del Glider, la campaña denominada
GESEBB ha contado con dos boyas de deriva que fueron lanzadas al centro
del remolino, con el fin de estimar las velocidades de giro de las
corrientes generadas por este fenómeno y estudiar su capacidad de
retención.
Toda la información servirá a los expertos para determinar cómo
afectan estos remolinos a las especies marinas que habitan en aguas
pelágicas -las más cercanas a la superficie-. Los científicos estiman
que pueden tener un efecto en la ecología marina de la zona, por un
lado por la alteración que ejercen sobre la dinámica marina y por otro,
por su capacidad de retención de plancton, en el que se encuentran
huevos y larvas de diferentes especies de peces que desovan en las
proximidades.
La acción de los remolinos
Los remolinos oceánicos son los equivalentes en el mar a las
borrascas y anticiclones atmosféricos. Pueden modificar la circulación
oceánica general de la zona en que se encuentran y transportar calor,
partículas y propiedades biogeoquímicas desde su región de formación.
De este modo, los remolinos generados en las zonas costeras y que
posteriormente derivan hacia mar abierto, pueden transportar
contaminantes, nutrientes y larvas de distintas especies.
Los remolinos estudiados, al girar lentamente, no representan ningún
peligro para el tráfico marino y se ubican geográficamente desde la
costa hasta 45ºN y entre 2º30’O y 4º30’O. Estas estructuras oceánicas
se generan durante el invierno y perduran varios meses. Habitualmente
migran hacia el oeste, aunque algunos años, dependiendo de las
condiciones oceanográficas, se generan remolinos estacionarios que
permanecen durante meses frente a nuestras cosas
jueves, 10 de octubre de 2013
¿Qué tienen en común la ballena azul y el humano?
Jueves, 10 octubre 2013
Biología
¿Qué tienen en común la ballena azul y el humano?
El sistema inmune de la ballena azul del Golfo de México es
tan bueno como el de los humanos y otros mamíferos terrestres; la
especie es sana y podría resistir una epidemia de bacterias u hongos.
Así lo da a conocer el primer estudio en su tipo que se lleva a cabo a
nivel mundial por investigadores del Instituto Politécnico Nacional
(IPN) de México.
El doctor Jorge Ortega Reyes, titular de la investigación que realizó en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB/IPN), explicó que el ADN de los cetáceos lo obtienen de un pedazo de su tejido, mediante una máquina es secuenciado un gen específico, en este caso el DQA con el que puede identificarse la inmunidad de la especie, y se amplifica con el fin de observar su variabilidad.
“Se analizó el tejido de 80 individuos, obtuvimos 33 secuencias, 10 muy diferentes y 23 comunes. Es decir, comparamos –por ejemplo- dos individuos y tienen diferente secuencia, lo que hace que respondan de manera distinta a una enfermedad”.
La investigación demostró que la población de ballena azul en el Golfo de México es muy sana en cuanto al gen DQA, es decir, saludable en cuestión de respuesta inmune. “Encontramos haplotipos –configuración genética del cromosoma- con cambios poco frecuentes, lo que muestra que la población es distinta y sana”.
Ballena azul. (Foto: DICYT)
Además
de la ballena azul del Golfo de México, el IPN ha estudiado a las
especies de osos negros y murciélagos. Para el primero, estudió la
metapoblación a fin de saber cómo migran, y los segundos conocer cuántas
especies hay en Centroamérica. El oso negro es un mamífero que se
localiza desde Alaska hasta el centro de México; la población mayor se
encuentra en Coahuila. Los investigadores de la ENCB-IPN seleccionaron
fecas (excremento del oso) en seis puntos de la región norte del país
(Nuevo León y Coahuila) y su análisis mostró que la especie forma parte
de una metapoblación, es decir, poblaciones divididas en grupos que
pueden emigrar o inmigrar.
Dicho estudio demostró que existe una dinámica poblacional,
ejemplares de la especie bajan de un cerro y suben a otro para buscar
alimento.
El IPN da a conocer que en Nuevo León, las cuatro subpoblaciones estudiadas se han mezclado entre ellas. Mientras en Coahuila hay dos separadas que no se han mezclado con las de Nuevo León.
En cuanto a los murciélagos, la ENCB del IPN inició con el estudio de la especie de Campeche, después abarcó a la población de la Península de Yucatán y finalmente los países de Centroamérica.
El doctor Ortega Reyes comentó que se incluyeron 26 especies de la Península y 17 de Centroamérica. “Para el estudio empleamos el citocromo oxidasa, que es código de barras; la investigación arrojó que hay seis haplotipos de la especie vampiro, ocho de glosofaga (que se alimentan de néctar); del artibus, una especie que come frutos, hay 30 haplotipos”.
La investigación se realizó de manera conjunta con la Universidad de Guelph en Canadá, que también hizo un estudio con murciélagos. (Fuente: AGENCIA ID/DICYT)
El IPN da a conocer que en Nuevo León, las cuatro subpoblaciones estudiadas se han mezclado entre ellas. Mientras en Coahuila hay dos separadas que no se han mezclado con las de Nuevo León.
En cuanto a los murciélagos, la ENCB del IPN inició con el estudio de la especie de Campeche, después abarcó a la población de la Península de Yucatán y finalmente los países de Centroamérica.
El doctor Ortega Reyes comentó que se incluyeron 26 especies de la Península y 17 de Centroamérica. “Para el estudio empleamos el citocromo oxidasa, que es código de barras; la investigación arrojó que hay seis haplotipos de la especie vampiro, ocho de glosofaga (que se alimentan de néctar); del artibus, una especie que come frutos, hay 30 haplotipos”.
La investigación se realizó de manera conjunta con la Universidad de Guelph en Canadá, que también hizo un estudio con murciélagos. (Fuente: AGENCIA ID/DICYT)
El ciclo meteorológico de El Niño y La Niña tiene una gran influencia sobre un gas de efecto invernadero
limatología
La mayor parte de las emisiones de óxido nitroso surge de modo natural del suelo, donde los microbios descomponen compuestos que contienen nitrógeno, liberando óxido nitroso como subproducto. Sin embargo, actividades humanas como la agricultura, y en particular el uso de fertilizantes que trae aparejado, han aumentado las emisiones de óxido nitroso durante los últimos 35 años, un incremento que ha contribuido al calentamiento global del planeta.
Unos científicos del Centro de Ciencias del Cambio Global, dependiente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Estados Unidos, han desarrollado recientemente un modelo digital muy detallado que simula los niveles de emisión del óxido nitroso en diferentes regiones y ecosistemas del mundo. Basándose en la temperatura y la humedad del suelo local, algunas de las simulaciones han conseguido reproducir las mediciones reales del óxido nitroso.
Con sus simulaciones, el equipo de Eri Saikawa (ahora en la Universidad Emory, de Atlanta, Georgia, Estados Unidos), Ron Prinn y Adam Schlosser descubrió un sorprendente patrón: Regiones de diversas partes del mundo suelen experimentar una disminución en las emisiones de óxido nitroso durante episodios del fenómeno meteorológico de El Niño, que periódicamente ocasiona un calentamiento anómalo de las aguas del Océano Pacífico, afectando a los patrones de temperatura y precipitaciones en todo el mundo. De igual forma, los autores del nuevo estudio encontraron que, justo a la inversa, las emisiones de óxido nitroso se elevan durante los episodios del fenómeno meteorológico de La Niña, que es en muchos aspectos la fase opuesta a la de El Niño en un ciclo de alternancia entre ambos. Durante los periodos dominados por La Niña, la entrada de aguas más frías en el Pacífico hace descender la temperatura.
Los resultados de la nueva investigación pueden indicar la existencia de un mecanismo de realimentación en el que el óxido nitroso no solo contribuye al calentamiento global, sino que también puede estar afectado por los patrones climáticos.
El ciclo meteorológico de El Niño y La Niña tiene una gran influencia sobre un gas de efecto invernadero
El óxido nitroso, bien conocido por sus variados usos
prácticos, desde el clínico hasta el automovilístico, es problemático
cuando está suelto en la atmósfera. El óxido nitroso es el tercer gas en
importancia, después del dióxido de carbono y el metano, de los que
contribuyen con su presencia al efecto invernadero.
La mayor parte de las emisiones de óxido nitroso surge de modo natural del suelo, donde los microbios descomponen compuestos que contienen nitrógeno, liberando óxido nitroso como subproducto. Sin embargo, actividades humanas como la agricultura, y en particular el uso de fertilizantes que trae aparejado, han aumentado las emisiones de óxido nitroso durante los últimos 35 años, un incremento que ha contribuido al calentamiento global del planeta.
Unos científicos del Centro de Ciencias del Cambio Global, dependiente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Estados Unidos, han desarrollado recientemente un modelo digital muy detallado que simula los niveles de emisión del óxido nitroso en diferentes regiones y ecosistemas del mundo. Basándose en la temperatura y la humedad del suelo local, algunas de las simulaciones han conseguido reproducir las mediciones reales del óxido nitroso.
Mapa
de influencia de El Niño en 1997. Las áreas blancas frente las costas
tropicales del sur y del norte de América indican la presencia de agua
más caliente de lo normal. (Imagen: NASA JPL / CNES)
Con sus simulaciones, el equipo de Eri Saikawa (ahora en la Universidad Emory, de Atlanta, Georgia, Estados Unidos), Ron Prinn y Adam Schlosser descubrió un sorprendente patrón: Regiones de diversas partes del mundo suelen experimentar una disminución en las emisiones de óxido nitroso durante episodios del fenómeno meteorológico de El Niño, que periódicamente ocasiona un calentamiento anómalo de las aguas del Océano Pacífico, afectando a los patrones de temperatura y precipitaciones en todo el mundo. De igual forma, los autores del nuevo estudio encontraron que, justo a la inversa, las emisiones de óxido nitroso se elevan durante los episodios del fenómeno meteorológico de La Niña, que es en muchos aspectos la fase opuesta a la de El Niño en un ciclo de alternancia entre ambos. Durante los periodos dominados por La Niña, la entrada de aguas más frías en el Pacífico hace descender la temperatura.
Los resultados de la nueva investigación pueden indicar la existencia de un mecanismo de realimentación en el que el óxido nitroso no solo contribuye al calentamiento global, sino que también puede estar afectado por los patrones climáticos.
Descifran la "Paradoja de Darwin": ¿Por qué los corales sobreviven en 'desiertos' marinos?
Descifran la "Paradoja
de Darwin": ¿Por qué los corales sobreviven en 'desiertos' marinos?
El misterio de cómo
los arrecifes de coral se desarrollan en medio de "desiertos
oceánicos" ha sido resuelto, dicen los científicos.
Y
todo gracias a la increíble capacidad de reciclaje de uno de sus vecinos: los
poríferos, o esponjas marinas.
Los arrecifes se
encuentran entre los ecosistemas más dinámicos de la Tierra, sin embargo,
prosperan en aguas carentes de nutrientes, un fenómeno conocido como la
Paradoja de Darwin.
Un equipo de la
Universidad de Ámsterdam halló que las esponjas mantienen vivo el arrecife,
mediante el reciclaje de grandes cantidades de materia orgánica con la que se
alimentan caracoles, cangrejos y otras criaturas.
Reciclan casi diez
veces más materia que las bacterias y producen igual cantidad de nutrientes en
un arrecife como la que producen corales y algas juntos, calculan los
científicos.
Las esponjas son las
"heroínas anónimas" de la comunidad del arrecife, asegura Jasper
Goeij, ecólogo acuático de la Universidad de Ámsterdam y autor principal del
estudio, publicado en Science.
"Hasta ahora nadie
le ha prestado mucha atención a las esponjas. Se ven bonitas, pero todo el
mundo estaba más interesado en corales y peces ", "Pero resulta que
las esponjas son grandes actores y merecen reconocimiento por su papel (…) Si
quieres un arrecife colorido y biodiverso, necesitas un "ciclo de
esponja" para mantenerlo".
El eslabón perdido
de la Paradoja de Darwin
Fue durante su famoso
viaje en el Beagle que Charles Darwin observó que los arrecifes tropicales son
como un oasis en un desierto. Están rodeados por las aguas que carecen de
nitrógeno y fósforo –componentes básicos de la vida- donde no pareciera posible
su crecimiento. Y dado que los corales liberan hasta la mitad de su materia
orgánica en el agua de mar, los arrecifes necesitan un sistema para recuperar
estos nutrientes y reciclarlos en el ecosistema.
Las bacterias hacen
parte del trabajo, pero no son lo suficientemente abundantes como para servir a
toda una comunidad de arrecifes.
Las esponjas
(poríferos) son animales filtradores que viven en las grietas de las rocas,
absorbiendo el plancton y la materia orgánica vertida al mar por los corales.
La idea de que podría ser
un eslabón perdido en el ciclo alimentario del arrecife no es nueva, pero no
estaba claro cuánto podían aportar en nutrientes, ni exactamente cómo
alimentaban a sus vecinos del arrecife: gusanos, crustáceos y otros
recolectores del fondo del mar.
En la isla caribeña de
Curazao, Goeij y su equipo estudiaron cuatro especies comunes de esponjas.
Primero en acuarios de laboratorio y luego en un arrecife natural donde los
científicos aislaron una cavidad.
Los poríferos fueron
alimentados con azúcares marcados y luego los científicos rastrearon el viaje
de estas moléculas. En primer lugar las esponjas absorbieron los azúcares en el
agua. A continuación, rápidamente los vertieron en células de filtro muertas
(coanocitos), desperdicios que cayeron al fondo del mar.
Luego de dos días, las
mismas moléculas fueron encontradas en caracoles y otras criaturas que se
alimentan de los sedimentos que contienen los residuos de las esponja. Estos
caracoles son a su vez comidos por animales más grandes. Y así continúa el ciclo.
Heroínas anónimas
No fue sólo la
velocidad, sino la enorme cantidad de rotación de alimentos lo que tomó a los
autores por sorpresa: cerca de 10 veces más de lo que las bacterias son capaces
de reciclar.
La esponja Halisarca
caerulea, por ejemplo, ocupa diariamente dos tercios de su peso corporal en
carbono disuelto. Sin embargo, apenas crece en tamaño, ya que las células
muertas son arrojadas al fondo marino. En total, el equipo holandés estima que
este "círculo de la esponja" produce casi tantos nutrientes como los
productores primarios (corales y algas) de un arrecife tropical completo. Y
otros desiertos marinos, como los arrecifes de coral de aguas marinas frías
profundas o los arrecifes mediterráneos templados podrían también depender de
poríferos para reciclar sus nutrientes.
Los autores esperan que
este reconocimiento de las esponjas como un componente esencial del arrecife
–sus "heroínas inesperadas"- ayude a la conservación de estos
frágiles paraísos.
Los recuerdos sociales de los delfines son tan duraderos como los del Ser Humano
Zoología
Los recuerdos sociales de los delfines son tan duraderos como los del Ser Humano
Los delfines pueden reconocer los "silbidos identificativos"
emitidos por sus antiguos compañeros de acuario después de estar
separados durante más de veinte años, el periodo más largo registrado
hasta ahora de conservación de recuerdos sociales en una especie no
humana.
El reconocimiento social de que son capaces los delfines podría ser incluso más duradero que el reconocimiento facial usado por los humanos, dado que el rostro de las personas cambia con el paso del tiempo, mientras que el silbido identificativo de un delfín se mantiene estable durante muchas décadas.
La espectacular demostración de memoria al acordarse de compañeros de muchos años atrás es otra señal de que los delfines tienen un nivel de sofisticación cognitiva comparable con el de sólo unas pocas especies, incluyendo al Ser Humano, los chimpancés y los elefantes.
“Esto nos revela a un animal operando cognitivamente a un nivel que es propio de la memoria social de los humanos”, subraya Jason Bruck, de la Universidad de Chicago en Estados Unidos, autor del estudio.
Para establecer cuán bien los delfines podían recordar a sus antiguos compañeros, Bruck recogió datos de 53 delfines diferentes en seis lugares diferentes, incluyendo el Parque Zoológico de Brookfield, cerca de Chicago.
El
nuevo estudio indica que los recuerdos sociales de los delfines pueden
ser tan duraderos como los del Ser Humano. (Foto: Jim Schulz / Chicago
Zoological Society)
En años recientes, otros estudios han establecido que cada delfín desarrolla un silbido identificativo único que parece funcionar como un nombre. Los investigadores Vincent M. Janik y Stephanie L. King, de la Universidad de Saint Andrews en Escocia, ya presentaron meses atrás los resultados de una investigación que respaldan la idea de que un delfín salvaje, es decir, viviendo en su entorno natural y sin contacto habitual con humanos, puede aprender y repetir silbidos identificativos pertenecientes a otros individuos, así como también contestar cuando otro delfín imita su silbido exclusivo.
En el nuevo estudio, Bruck reprodujo grabaciones de silbidos identificativos a delfines que habían vivido alguna vez con los animales que produjeron esos cantos. También reprodujo grabaciones de silbidos identificativos de delfines desconocidos para los sujetos de estudio. Los sonidos de los desconocidos no despertaban apenas interés en los delfines. En cambio, los de antiguos conocidos sí atraían la atención de los delfines. Cuando ellos oían el sonido correspondiente a un delfín al que conocían, a menudo se aproximaban con rapidez al altavoz por el que se emitían los sonidos. A veces, permanecían flotando cerca del altavoz, y le silbaban como tratando de contestarle y de obtener a su vez una respuesta.
Un patrón claro emergió en los datos: En comparación con sonidos
correspondientes a desconocidos, los delfines respondían
significativamente más a los silbidos correspondientes a animales que
alguna vez conocieron, incluso si no habían oído sus silbidos
identificativos durante décadas.
En un ejemplo notable, Bruck reprodujo una grabación de una hembra de delfín llamada Allie, que actualmente vive en el Parque Zoológico de Brookfield, para que la escuchara Bailey, una hembra que actualmente está en las Bermudas. Ambas habían vivido juntas en el delfinario Dolphin Connection en los Cayos de Florida cuando Allie tenía dos años de edad y Bailey cuatro. Pero veinte años y seis meses después de su último contacto, Bailey aún reconoció la grabación del silbido identificativo de Allie.
Ese tipo de reacción después de décadas de separación entre individuos que se conocieron lo bastante bien en el pasado se repitió de modo típico en el estudio, lo que llevó a Bruck a concluir que los delfines mantienen de por vida recuerdos de los silbidos de sus seres queridos. En su medio natural, los delfines del tipo estudiado en esta investigación tienen, en promedio, una expectativa de vida de cerca de veinte años, aunque los individuos más longevos pueden sobrevivir hasta los cuarenta y cinco años o incluso más.
En un ejemplo notable, Bruck reprodujo una grabación de una hembra de delfín llamada Allie, que actualmente vive en el Parque Zoológico de Brookfield, para que la escuchara Bailey, una hembra que actualmente está en las Bermudas. Ambas habían vivido juntas en el delfinario Dolphin Connection en los Cayos de Florida cuando Allie tenía dos años de edad y Bailey cuatro. Pero veinte años y seis meses después de su último contacto, Bailey aún reconoció la grabación del silbido identificativo de Allie.
Ese tipo de reacción después de décadas de separación entre individuos que se conocieron lo bastante bien en el pasado se repitió de modo típico en el estudio, lo que llevó a Bruck a concluir que los delfines mantienen de por vida recuerdos de los silbidos de sus seres queridos. En su medio natural, los delfines del tipo estudiado en esta investigación tienen, en promedio, una expectativa de vida de cerca de veinte años, aunque los individuos más longevos pueden sobrevivir hasta los cuarenta y cinco años o incluso más.
El ácido sulfhídrico ‘amenaza’ las praderas de Posidonia
Según los científicos, el aumento de la temperatura promueve la descomposición de la materia orgánica y, por tanto
La acumulación de ácido sulfhídrico en el fondo marino es uno de los factores que más amenazan la supervivencia de Posidonia oceanica,
una especie endémica del Mediterráneo. Así lo ha constatado un equipo
con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC) que ha estudiado durante ocho años las praderas que forma esta
planta en las Islas Baleares. Los resultados, publicados en la revista Global Change Biology,
determinan que el aumento de la temperatura máxima de la superficie
del mar está relacionado con un mayor estrés de la especie por
sulfhídrico.
Según los científicos, el aumento de la temperatura promueve la
descomposición de la materia orgánica y, por tanto, la acumulación de
ácido en los sedimentos en condiciones de falta de oxígeno.
Simultáneamente, el aumento de la temperatura intensifica la respiración
de la planta y, por tanto, su capacidad para mantener los tejidos
oxigenados. El sulfhídrico puede entonces penetrar en la planta a través
de las raíces y llegar a causar un estrés tóxico y, en algunos casos,
la muerte.
“Se sabe que la Posidonia
es muy vulnerable al ácido sulfhídrico, incluso aunque las
concentraciones sean bajas. Un aporte importante de materia orgánica
resultado de la contaminación humana afectará a la supervivencia de esta
especie”, destaca Rosa García, investigadora del CSIC en el Instituto
Mediterráneo de Estudios Avanzados, mixto del CSIC y la Universidad de
las Islas Baleares.
Los investigadores han medido las tasas netas de crecimiento de la
población en cada pradera y el isótopo estable de azufre, indicador de
la acumulación del sulfhídrico, en muestras de hojas, sedimento y agua.
“Con estos parámetros hemos calculado el porcentaje de azufre presente
en la planta que proviene del ácido sulfhídrico acumulado en el
sedimento. Además, hemos utilizado el isótopo de azufre como indicador
de toxicidad en las hojas. También hemos relacionado los datos de
azufre con una serie temporal de temperaturas máximas anuales del agua
del mar recopiladapara las diferentes islas, la profundidad de las
praderas y las tasas de crecimiento”, ha detallado García.
Según el estudio, a mayor profundidad las praderas están menos
expuestas al estrés por sulfhídrico. No obstante, los científicos
prevén que la profundidad no será suficiente para paliar las
consecuencias de las temperaturas proyectadas para finales del siglo
XXI, incluso aunque se tengan en cuenta escenarios moderados de emisión
de gases de efecto invernadero.
“Uno de los escenarios modela el estrés por azufre en un gradiente de
40 metros de profundidad a la temperatura máxima estimada en el mar
Mediterráneo para finales del siglo XXI. El modelo predice que las
praderas de Posidonia estarían afectadas por el estrés por sulfhídrico
hasta los 40 metros de profundidad, exacerbando así el declive de la
especie y comprometiendo su supervivencia”, agrega la investigadora del
CSIC.
Una especie desprotegida
Desde principios del siglo XX, entre el 5% y el 20% del área cubierta por Posidonia oceanica
se ha perdido debido principalmente al impacto humano. El calentamiento
global ha emergido en los últimos años como una amenaza para esta
especie de crecimiento extremadamente lento y con una longevidad
milenaria. En Baleares, las plantas que pueblan los fondos marinos se
encuentran actualmente en regresión, no sólo por el calentamiento del
agua, sino también por perturbaciones locales como la contaminación o
los anclajes de las embarcaciones.
Estudios previos han revelado que la densidad de la especie podría
disminuir un 90% a mediados de este siglo debido al calentamiento del
agua superficial del mar Mediterráneo. Entre los beneficios
ecosistémicos que podrían llegar a desaparecer, destaca el
enterramiento de dióxido de carbono, el reciclado de nutrientes, la
protección costera de la erosión y el aumento de la biodiversidad.
Referencia Bibliogáfica
Rosa García, Marianne Holmer, Carlos M. Duarte, Núria Marbà. Global warming enhances sulphide stress in a key seagrass species (NW Mediterranean). Global Change Biology. DOI: 10.1111/gcb.12377
Sistemas predictivos para detectar la introducción de especies invasoras como las algas rojas
Por ello, investigadores del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga
(UMA) desarrollan sistemas predictivos con el objetivo de diseñar
estrategias eficaces para detectar en tiempo real la introducción
Las especies exóticas invasoras
como las macroalgas representan hoy en día la segunda amenaza a la
diversidad biológica de los ecosistemas marinos, según el Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y suponen, además,
un grave peligro para la conservación de estos entornos.
Por ello, investigadores del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga
(UMA) desarrollan sistemas predictivos con el objetivo de diseñar
estrategias eficaces para detectar en tiempo real la introducción de
especies invasoras como las algas marinas en las costas de Andalucía.
Asimismo, estos modelos también se pueden extrapolar a otro tipo de
intrusiones que tienen lugar dentro del medio marino como bacterias,
virus o peces.
En el artículo, publicado en la revista Acta Botánica Malacitana,
el equipo de expertos ha profundizado en el análisis del impacto en
las costas andaluzas del alga roja, macroalga que se conoce con el
nombre de Asparagopsis taxiformis y que está muy presente en la zona mediterránea y también en Europa.
“Esta especie se encuentra actualmente en todas las provincias
costeras andaluzas excepto en Huelva, con una profundidad que abarca
desde la superficie hasta los treinta metros. Nuestros resultados
muestran que el linaje invasor del Mediterráneo presenta una elevada
plasticidad fisiológica que le permite sobrevivir en un amplio rango de
condiciones ambientales”, explica la investigadora de la UMA María
Altamirano.
Dicho análisis incluye el estudio del origen geográfico y temporal
de las invasiones, la descripción del proceso y las características de
la invasión, así como la evaluación del impacto ecológico tanto de su
presencia actual en el entorno, como el de la futura expansión de la
especie.
“Nos hemos basado en un enfoque multidisciplinar (molecular,
ecológico, evolutivo, fisiológico y matemático) que estudia la invasión
de algas exóticas en el escenario climático actual y en un escenario
de cambio global. Para ello, hemos tomado como modelo geográfico las
costas mediterráneas andaluzas y como patrón biológico la especie de
alga roja Asparagopsis taxiformis”, explica Altamirano.
Modelos predictivos
Una vez concretadas las principales características que definen la
morfología y el comportamiento de estas especies invasoras, el grupo de
investigadores trabaja en el desarrollo de diferentes estrategias de
acción que contribuyan a prevenir y controlar su impacto ecológico en
las costas de Andalucía.
“Estamos empezando con los modelos predictivos de distribución, es
decir, reconociendo cuáles son las principales variables ambientales y
biológicas que determinan la presencia del alga roja en nuestras
costas. Estos modelos serán la principal herramienta de gestión de
estas especies, puesto que la prevención es la una vía más eficaz para
combatirlas”, apostilla Altamirano.
Piden un pacto para evitar una extinción marina sin precedente
Piden un pacto para evitar una extinción marina sin precedente
Los
científicos del Programa Internacional sobre el Estado de los Océanos
(IPSO, por sus siglas en inglés) han pedido a los casi 200 países del
Planeta que lleguen a un acuerdo global para reducir las amenazas de los
océanos, tras concluir que los mares presentan condiciones parecidas a
las de hace 55 millones de años cuando se produjeron extinciones masivas
de especies marinas.
Según
el estudio que se ha presentado este jueves en Oslo, los océanos del
mundo están sometidos a una amenaza mayor de lo que se pensaba
inicialmente debido al efecto combinado del calentamiento global, de los
niveles decrecientes de oxígeno en el mar y a la acidificación de sus
aguas.
A
la vista de estos hallazgos, los científicos consideran "urgente" que
se llegue a un acuerdo que evite el aumento de las temperaturas medias
mundiales. Del mismo modo, también piden una gestión más estricta de los
caladeros que prohíba el uso de redes de arrastre y que respete las
cuotas pesqueras de las comunidades locales en vías de desarrollo.
El
científico de la Universidad de Oxford y director de IPSO, Alex Rogers,
ha señalado, en declaraciones a Reuters, que el ritmo de cambio actual
es "bastante más rápido" que hace 55 millones de años por lo que supone
aun mayores presiones sobre el ecosistema.
Además,
el informe, realizado conjuntamente con la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza, señala que "la escala y el ritmo de la
actual concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera y la
acidificación resultante en los océanos, no tiene precedentes en la
historia conocida de la Tierra", lo que implica que el "riesgo para el
océano y para los ecosistemas asociados, han sido hasta ahora
"significativamente subestimados".
En
concreto, el estudio indica que pese a que el aumento de la temperatura
atmosférica ha sido menor durante este siglo, la concentración
creciente de CO2 en la atmósfera es responsable de que las grandes masas de agua continúen calentándose.
Así,
este hecho ya está provocando que "muchos" caladeros de pesca se estén
desplazando hacia los polos, lo que aumenta la presión entre especies y
dispara su riesgo de extinción.
Además,
si las temperaturas globales se incrementaran en dos grados
centígrados, como predicen los modelos, los corales dejarían de crecer
e, incluso, se disolverían si se alcanzaran los tres grados centígrados
más.
Por
otra parte, los fertilizantes y los vertidos de aguas residuales que
llegan al mar y hacen proliferar algas que reducen los niveles de
oxígeno en el agua, así como el dióxido de carbono del aire que
acidifica el agua cuando reacciona con ella.
En
este sentido, el estudio explica que la acidificación del mar amenaza a
los organismos marinos que usan el carbonato cálcico para construir sus
esqueletos, como los corales que forman arrecifes, los cangrejos, las
ostras y algunas especies de plancton que son la base de la cadena
trófica marina.
03/10/13
EUROPA PRESS
El ruido de prospecciones sísmicas provoca malformaciones en larvas marinas
El ruido de prospecciones sísmicas provoca malformaciones en larvas marinas
La
exposición al ruido intenso de las prospecciones sísmicas puede
retrasar el desarrollo y producir malformaciones en larvas de
invertebrados marinos, según un estudio liderado por la doctora Natacha
Aguilar, de la Universidad de La Laguna (Tenerife), y publicado en la
revista Scientific Reports.
El
ha revelado que las larvas de vieira expuestas a ruido intenso
sufrieron un significativo retraso en su desarrollo, limitando las
oportunidades de supervivencia, y que hasta el 46% presentaron
malformaciones en su tejido. Durante el experimento, el sometió a las larvas de vieira, contenidas en tanques, al
de cañones de aire comprimido (pulsos sísmicos), grabados previamente
en el mar de Irlanda a decenas de kilómetros de un barco realizando una
exploración sísmica de hidrocarburos.
Los
retrasos en el desarrollo de las larvas se observaron desde el comienzo
de la investigación, ha explicado la doctora a EFEverde, pero las
malformaciones aparecieron en la fase larvaria D-veliger, "cuando la
concha comienza a endurecerse", la fase más vulnerable a la exposición
sonora. Además, la experta ha asegurado que los resultados del trabajo
son aplicables a otros moluscos bivalvos, como los mejillones o las
almejas, ya que presentan el mismo desarrollo que las vieiras. Aguilar
ha explicado que los pescadores de diferentes partes del mundo "se
quejan de pérdidas multimillonarias en la pesca" en zonas donde se
realizan prospecciones sísmicas, pérdidas que "continúan años después",
lo que se explica porque el ruido afecta "tanto a animales adultos y
larvas como a la llegada de nuevos animales".
La
bióloga ha recordado que, aunque el efecto del ruido sobre los cetáceos
es conocido, por ejemplo los varamientos de zifios en Canarias por el
uso de sonares navales, existen muy pocos datos acerca del impacto del
ruido sobre los invertebrados marinos. También ha mencionado los daños
de las prospecciones sísmicas a otros moluscos, en este caso
cefalópodos, constatados tras los varamientos masivos de calamar gigante
en Asturias. La doctora ha indicado que "debe considerarse el posible
impacto a la hora de planificar actividades humanas que emitan ruido
intenso en zonas de reproducción de invertebrados con importancia
ecológica o económica".
El estudio ha sido realizado en la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) gracias a un
europeo Marie Curie, con un equipo internacional de investigadores de
la ULL, la Universidad de Auckland (UOA) y la de St. Andrews (Escocia).
07/10/13
MADRI+D
La solvencia de la ciencia climática y el panel de expertos de la ONU
La solvencia de la ciencia climática y el panel de expertos de la ONU
Las
voces discrepantes siguen sin ofrecer explicaciones científicas
sólidas, ni parecen dispuestos a contribuir al debate científico por los
procedimientos establecidos en cualquier área de conocimiento.
Cumpliendo
el calendario previsto, el Panel Intergubernamental de expertos sobre
el Cambio Climático (IPCC, según sus siglas en inglés) acaba de publicar
el quinto informe de evaluación (AR5) sobre el calentamiento global
observado y su posible evolución , utilizando los conocimientos más avanzados que posee la ciencia del clima (www.climatechange2013.org).
En el informe se sintetizan, ordenan y comentan los resultados
publicados en la literatura científica especializada más solvente desde
el último emitido en 2007. A esta tarea se han dedicado
desinteresadamente a lo largo de casi tres años más de 200 científicos
expertos de el mundo, que fueron seleccionados entre los más de 2.000 candidatos propuestos por los diversos Gobiernos.
Este
informe no contradice al anterior en lo esencial, lo que no hace más
que confirmar la solidez de las conclusiones plasmadas en ambos. Los
importantes avances científicos logrados en los últimos seis años siguen
ratificando, con creciente y abrumadora certidumbre, que el
calentamiento global observado se debe en su mayor parte a la evidente
acumulación en la atmósfera de gases que generamos al quemar
combustibles fósiles. Y la ciencia no es en absoluto complaciente con
especulaciones o fraudes, como bien se sabe. Menos aún en un asunto de
semejante trascendencia. Tampoco el informe responde al resultado de un
ejercicio democrático de opinión o a una creencia más o menos extendida,
sino al que se deriva de evaluar de forma objetiva la evidencia
científica disponible.
Entonces,
¿por qué ese empeño de algunos por negar lo que la Ciencia corrobora?
Varios analistas apuntan a causas muy diversas, desde el explicable
temor de poderosas e influyentes corporaciones a que merme su negocio, a
ese sentimiento menos racional de “estoy harto de alarmismo”, pasando
por teorías conspiratorias tan atrayentes para muchos.
El
IPCC fue creado en 1988 por mandato de la Organización de Naciones
Unidas (ONU) para que renovados y amplios conjuntos de expertos
internacionales informen periódicamente a los gobiernos de todos los
países sobre las causas y los potenciales efectos de esa amenaza a
escala global. Sin ninguna otra connotación política o sesgo partidista.
De un modo similar a como la ONU conforma grupos de expertos, aunque de
menor tamaño, para enviarlos a evaluar situaciones de conflicto y
proporcionar una información muy útil en la toma de decisiones. ¿Quiénes
son los que ponen en cuestión sus dictámenes o los atribuyen a oscuras
maquinaciones?
El
conocimiento sobre las causas esenciales que producen el aumento del
efecto invernadero y el calentamiento global está bien consolidado en la
comunidad científica desde hace décadas. Todas las Academias de
Ciencias de los países más avanzados han emitido informes coincidentes,
lo que sin duda constituye una extraordinaria garantía adicional. Las
voces discrepantes siguen sin ofrecer explicaciones científicas sólidas,
ni parecen dispuestos a contribuir al debate científico por los
procedimientos establecidos en cualquier área de conocimiento. A pesar
de ello, reciben de algunos medios una atención desproporcionada si se
compara con la prestada a la inmensa mayoría de los científicos
dedicados a investigar las variaciones del clima con rigor. En absoluto
se trata de una polémica sobre un tema controvertido, cuyos argumentos
enfrentados merezcan tener una equilibrada acogida. No nos imaginamos a
ningún medio respetando equidistancias entre los neumólogos y los que
niegan la nocividad del tabaco, por poner un ejemplo. Y, por cierto, no
es menor el conocimiento de la ciencia sobre del calentamiento global
que acerca de los efectos del tabaco.
Similar
reproche merecen los que deforman o exageran las conclusiones de la
ciencia del clima, con alarmas que obvian cautelas y pasan por alto
incertidumbres. Lo más recomendable, por tanto, es la atenta lectura de
los informes del IPCC, donde se emplea un lenguaje escrupuloso que
pretende reflejar lo que se sabe y lo que aún no se conoce bien. Así,
puede comprobarse que en el informe publicado no se incluye
recomendación alguna; tan
se limita a presentar el mejor y más actual conocimiento científico del
calentamiento global observado, de su repercusión sobre los climas del
planeta y de cómo podrían evolucionar si se cumplieran diversos
supuestos. La valoración de la magnitud del problema en términos
socio-económicos y el
de posibles estrategias para paliarlo es una tarea ajena al grupo de
científicos que hemos colaborado en la elaboración del informe en
cuestión.
El
resultado del ejercicio que el IPCC ha presentado recientemente
constituye un buen ejemplo de cómo la ciencia básica puede prestar un
a la sociedad, proporcionándole una información fidedigna sobre uno de
los mayores retos de nuestro tiempo. Este ejercicio también es una
invitación a pensar frente a considerar proclamas de diferente signo; a
valorar la educación y el conocimiento frente a la ingenua creencia, al
seguimiento hipnótico de teorías de la conspiración o al fomento de
intereses creados de diverso signo. En todo caso, los científicos que
hemos participado en la elaboración del informe seguiremos dedicados a
avanzar en el conocimiento del clima, lo que acabará beneficiando a la
sociedad, como ocurre con cualquier avance científico o tecnológico.
Por
Manuel de Castro, Francisco Doblas-Reyes y Fidel González-Rouco,
(doctores en Ciencias Físicas y autores líderes españoles del Quinto
Informe de Evaluación del IPCC - Grupo de Trabajo I)
03/10/13
EL PAÍS (España)
El cambio climático apunta al trópico antes que a los polos
Medio Ambiente
El cambio climático apunta al trópico antes que a los polos
- Los efectos más graves del cambio climático se dejarán notar en primer lugar en las regiones tropicales del planeta a mitad de este siglo, según un estudio que publica en su último número la revista Nature.
Un equipo liderado por el biólogo colombiano Camilo Mora, de la
Universidad estadounidense de Hawái, ha reunido datos de 39 modelos
teóricos para determinar que dentro de unas cuatro décadas el clima de los trópicos romperá con los patrones que ha seguido desde 1860.
"Cuando hablamos de cambio climático nos vienen a la mente imágenes de
hielo derritiéndose, pero los cambios más graves en el clima ocurrirán
primero en otras latitudes. Serán los trópicos, y no los polos, los que experimentarán antes cambios sin precedentes en el clima", explicó Mora en rueda de prensa.
La emisión de gases de efecto invernadero será uno de los factores que
más afectará a la temperatura del aire cercano a la superficie, según
los científicos.
En 2047 se superarán por vez primera los registros históricos de temperaturas en
las regiones tropicales si se mantiene el ritmo de emisiones actual,
mientras que esa circunstancia podría retrasarse hasta 2069 si las
emisiones se estabilizan.
Los trópicos serán la zona más afectada
en un primer momento, si bien el estudio advierte de que los cambios
sin precedentes en el clima acabarán alcanzando a la media del planeta
unos veinte años más tarde.
Mora subrayó que la investigación
pone de manifiesto la necesidad "urgente" de frenar el avance de las
emisiones de gases de efecto invernadero para proteger las zonas
tropicales, donde se encuentra gran parte de la biodiversidad del
planeta y numerosos países en vías de desarrollo.
"El clima es
uno de los motores principales de los procesos biológicos, afecta tanto a
los individuos como a los ecosistemas, así como a diversos aspectos de
la vida humana", recuerda el artículo de Nature.
Los investigadores resaltan que cambios sin precedentes en el clima
"pueden provocar un impacto serio en los sistemas sociales y
ecológicos".
El estudio resalta que hay especies cuya supervivencia está ligada al clima y que los cambios drásticos
en las temperaturas pueden provocar que algunas de ellas se vean
obligadas a migrar y otras vean aumentado el riesgo de quedar extintas.
Las variaciones en los patrones de temperaturas podrían afectar asimismo al bienestar de los seres humanos.
El cambio climático podría afectar a los suministros de comida y agua
en algunas regiones, y contribuiría además a propagar enfermedades
infecciosas, según el estudio.
miércoles, 9 de octubre de 2013
Descubren en la costa mediterránea a la madre de los perfumes romanos
Medio Ambiente
Descubren en la costa mediterránea a la madre de los perfumes romanos
Investigadores
de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla han descrito una nueva
planta en el Mediterráneo oriental, que crece principalmente cerca de la
costa. La importancia de este hallazgo radica en que es el ancestro
materno de una especie de origen híbrido, Reseda odorata, utilizada
desde la época romana por la fragancia de sus flores y cuya esencia se
empleó antiguamente en la industria cosmética.
Un artículo que
publica la revista Annales Botanici Fennici describe una nueva especie
de planta con flores, Reseda minoica, de la región Mediterránea
oriental, concretamente de Creta (isla de Gavdos, la isla más meridional
de Grecia), Chipre y el sur de Turquía.
"Esta especie pertenece
al género Reseda de la familia Resedáceas, próxima a las crucíferas -que
incluye plantas como la col, la mostaza y el rábano- y crece sobre
sustratos calizos en formaciones de matorral cercanas a la costa",
explica a SINC Santiago Martín Bravo, coautor del estudio e investigador
del área de Botánica de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla
(UPO).
La planta se encuadra en la sección Phyteuma del género
Reseda, un grupo de taxonomía compleja formado sobre todo por endemismos
de distribución restringida a áreas del oeste o del este del
Mediterráneo, lugares considerados de importancia crítica en la
diversificación de la flora mediterránea.
"Hasta ahora esta planta
se había venido confundiendo con especies próximas como R. odorata, R.
orientalis y R. balansae", añade el investigador. Reseda minoica se
distingue de estas otras especies por su menor número de estambres, el
tamaño de las semillas y el color de los pétalos.
Según Pedro
Jiménez Mejías, el otro coautor del estudio e investigador también de la
UPO, "la importancia de este hallazgo radica en que Reseda minoica es
el ancestro materno de una especie cultivada de origen híbrido, Reseda
odorata, utilizada desde la época romana por la fragancia de sus flores y
cuya esencia se empleó antiguamente en la industria cosmética. La
localización de una de las piezas de su origen (la especie madre), da
información de los mecanismos evolutivos que producen especies que luego
son útiles para el hombre".
Además, los científicos consideran
que es una planta "por el momento rara", que podría merecer protección
para que no desapareciera. "Si ello ocurriera, perderíamos parte del
patrimonio genético vegetal del Mediterráneo, con la consiguiente
pérdida que en uso y oportunidad puede suponer para el ser humano",
asegura Jiménez.
En cualquier caso, dado que la especie es de
reciente descubrimiento, no se descarta que los botánicos de las zonas
donde crece la empiecen a buscar y aparezca en más lugares.
Otras dos nuevas especies en África
Estos
dos investigadores han participado además recientemente en el hallazgo
de otras dos nuevas especies de África pertenecientes al género Carex de
la familia de las Ciperáceas -que incluye especies como la chufa o el
papiro-. Una de ellas, Carex rainbowii, se ha encontrado en bosques de
la cordillera de los Drakensbergs, en la región de KwaZulu-Natal, en el
este de Sudáfrica. La segunda, Carex modesti, solo se conoce en bordes
de arroyo y turberas de una zona muy localizada de las montañas del sur
de Tanzania.
La descripción de ambas especies
constituye un buen ejemplo de la importante proporción de biodiversidad
que aún puede quedar por descubrir, especialmente en zonas remotas del
planeta, incluso en grupos de seres vivos a priori bien conocidos como
son las plantas con flores.
martes, 1 de octubre de 2013
"Para 2100 las ciudades estarán sumergidas bajo el agua debido al calentamiento global"
"Para 2100 las ciudades estarán sumergidas bajo el agua debido al calentamiento global"
Si no se reducen las emisiones de dióxido de carbono, la situación en el planeta puede empeorar drásticamente y la vida para millones de personas será cada vez más difícil, advierten los ambientalistas.
"En 2100
la Tierra te
"Para
2100 las ciudades estarán
sumergidas bajo el agua debido al calentamiento global"
Si no se reducen las
emisiones de dióxido de carbono, la situación en el planeta puede empeorar
drásticamente y la vida para millones de personas será cada vez más difícil,
advierten los ambientalistas.
"En 2100 la Tierra
tendrá 1.000 millones de habitantes, una cifra significativamente reducida
respecto a la actual, debido al avance de los mares", indica un artículo
del diario italiano 'La Repubblica' basándose en datos del Panel
Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC).
"Olas destructivas
arrasarán varias ciudades costeras, y sus habitantes abandonarán las llanuras
inundadas o desecadas huyendo de las enfermedades tropicales", agrega el
diario, corroborándose en el informe del IPCC presentado la semana pasada en
Estocolmo.
En el dosier "se
indica que, en los últimos 30 años, cada década ha sido más caliente que la
anterior. En todo el planeta se derriten los glaciares. Cada tres años los
mares le ganan un centímetro a la tierra firme. La concentración de dióxido de
carbono en la atmósfera está al borde de lo permitido: dentro de 10 años
habremos sobrepasado los niveles considerados seguros, y las causas son el uso
indiscriminado de combustibles y la deforestación".
Estados enteros, como Maldivas, desaparecerán del mapa y el número de refugiados 'ambientales' para el año 2050 alcanzará unas 200.000 o 250.000 personas”
Estados enteros, como Maldivas, desaparecerán del mapa y el número de refugiados 'ambientales' para el año 2050 alcanzará unas 200.000 o 250.000 personas”
De acuerdo con los
datos del IPCC, a pesar de todo existe una manera de evitar esta catastrófica
situación. "Podemos lograr que la temperatura aumente solo un grado, pero
para ello durante algunos años las emisiones de CO2 deben reducirse a la mitad.
Actualmente la emisión de gases de efecto invernadero aumenta según el peor de
los escenarios", señala el artículo.
"De no haber
cambios en la producción de energía, la vida para los millones de personas que
viven en las costas será muy difícil. Nueva York será azotada por huracanes
como el Sandy. En la mayor parte de Florida tendrán que sustituir los coches
por canoas", continúa.
Según el rotativo, en
Bangladés el avance del mar dará lugar a un éxodo de personas de proporciones
bíblicas, y Estados enteros, como Maldivas, desaparecerán del mapa. "El
número de refugiados 'ambientales' para el año 2050 alcanzará unas 200.000 o
250.000 personas", agregó el periódico.
Mientras, en
"Australia las olas de calor provocarán prolongadas sequías. Entre las
víctimas del calentamiento global también estarán las barreras de coral, que
debido al incremento de las temperaturas y la acidificación del océano
desaparecerán".
Por su parte, los
investigadores del IPCC concluyeron que a finales de siglo las condiciones de
vida en el planeta serán cada vez más difíciles si no se toman ahora las medidas
necesarias para proteger el medio ambiente.
Montes submarinos, cruciales en la predicción del clima
Montes submarinos, cruciales en la predicción del clima
Investigadores
han descubierto que el agua de mar en el océano cerca de la Antártida
se mezcla intensamente a medida que se precipita sobre las montañas
submarinas en el Pasaje de Drake, el
entre el extremo sur de América del Sur y el continente antártico, algo
que resulta crucial en la regulación del clima de la Tierra y las
corrientes oceánicas, según publica la revista 'Nature'.
La
investigación, realizada por expertos de las universidades de Exeter,
East Anglia y Southampton, todas en Reino Unido, y la Institución
Oceanográfica Woods Hole, del 'British Antarctic Survey' y de la
Asociación Escocesa de Ciencias Marinas, proporciona una visión de los
modelos climáticos que hasta ahora han carecido de la información
detallada sobre la mezcla del océano necesaria para proporcionar
proyecciones precisas del clima a largo plazo.
En
el análisis de algunas de las aguas más salvajes del planeta, los
investigadores midieron la mezcla en el Océano Austral mediante la
liberación de pequeñas cantidades de un trazador químico inerte en el
Pacífico Sudeste y lo siguieron durante varios años hasta que atravesó
el Pasaje de Drake para observar la rapidez con que se mezcla el océano.
El
indicador no mostró casi ninguna mezcla vertical en el Pacífico pero a
medida que el agua pasa sobre el fondo del mar montañoso en la distancia
continental relativamente estrecha que forma el Pasaje de Drake comenzó
a mezclarse de forma espectacular.
En
palabras del profesor Andrew Watson, de la Universidad de Exeter
(anteriormente en East Anglia), "es crucial conocer profundamente los
procesos de mezcla en el océano para entender el sistema climático
global. Nuestro estudio indica que prácticamente toda la mezcla en el
Océano Antártico se produce en el Pasaje de Drake y en algunos otros
lugares montañosos submarinos. Nuestro estudio proporcionará a los
científicos del clima información detallada sobre los océanos de la que
actualmente carecen".
La
mezcla del océano transfiere dióxido de carbono de la atmósfera a las
profundidades del mar y, en última instancia, controla la velocidad a la
que el océano absorbe el dióxido de carbono. Durante varios cientos de
años, este proceso eliminará gran parte del dióxido de carbono que
liberamos a la atmósfera, almacenándolo en las profundidades del océano.
La mezcla oceánica también afecta al clima, por ejemplo, un aumento en
la tasa de aguas profundas en la mezcla permitiría al océano llevar más
calor hacia los polos.
Los científicos creen que las concentraciones más bajas de dióxido de carbono en la atmósfera durante las edades de
pueden haber sido el resultado de una mezcla oceánica más lenta entre
la superficie y las profundidades del mar. Aunque las razones de esto no
están claras, acentúa aún más el vínculo entre la mezcla en el océano y
el clima.
18/09/13
EUROPA PRESS
El krill podría resultar muy afectado por el calentamiento global
El krill podría resultar muy afectado por el calentamiento global
El
modelado de los efectos del aumento de la temperatura del mar en el
océano Austral indica que el krill de las áreas cercanas a Georgias del
Sur puede ser el más afectado de la región por los efectos del
calentamiento global.
Mediante el uso de modelos estadísticos, un
de investigadores del British Antarctic Survey (BAS) y del Laboratorio
Marino de Plymouth evaluó el posible impacto de los aumentos de
temperatura proyectados en el mar de Weddell, el mar de Escocia y el
Pasaje Drake del sur. Esta región ya ha experimentado un calentamiento
de la superficie del mar de 1 °C en los últimos 50 años. Y las
proyecciones sugieren que la temperatura podría aumentar otro 1 °C más
para finales del siglo 21.
En las primeras etapas de su ,
el krill requiere aguas profundas con baja acidez y un estrecho rango
de temperaturas para que sus huevos eclosionen y se desarrollen con
éxito. Después, las larvas se alimentan de las algas de la parte
inferior del
marino. El krill es especialmente sensible a la temperatura del mar en
las zonas donde crecen como adultos, como por ejemplo alrededor de
Georgia del Sur. Los adultos necesitan temperaturas adecuadas y una
cantidad suficiente del tipo adecuado de alimento (fitoplancton de mayor
tamaño) para crecer y reproducirse. Muchas de estas funciones
ambientales esenciales (temperatura, acidez, hielo marino y
disponibilidad de alimentos) podrían verse afectadas por el cambio
climático.
Cuando los científicos modelaron los efectos
esperados del aumento de la temperatura del mar, los escenarios más
pesimistas sugirieron que el calentamiento podría reducir el hábitat de
crecimiento del krill en general hasta en un 20%. Sin embargo, Georgia
del Sur, que se encuentra dentro de la zona probablemente más afectada,
podría tener una reducción del hábitat del krill tan alta como 55%.
Como Georgia del Sur es el
de animales como los lobos marinos y los pingüinos macaroni, que
dependen del krill, y de otros como los albatros de ceja negra, que
comen grandes cantidades de krill, dicha reducción marcada en el hábitat
del krill podría afectar de manera significativa sus poblaciones.
El krill se pesca comercialmente en el océano
Austral, y aunque las capturas actuales son considerablemente menores al
1% de la biomasa estimada, existe el riesgo de que capturas altas en
pequeñas escalas de espacio puedan reducir la disponibilidad de krill
para los depredadores, como los pingüinos y lobos marinos.
Cualquier reducción en la disponibilidad de krill
podría ser especialmente perjudicial durante la época de reproducción.
Los autores de este
sugieren que se podrían poner en práctica sistemas de gestión mejorados
para garantizar que la pesca del krill tenga en cuenta tanto la demanda
creciente de las capturas comerciales como el cambio climático. El
cierre temporal de la pesquería de krill en las aguas de Georgia del Sur
es un buen ejemplo de cómo la demanda de krill de los depredadores
puede protegerse durante la temporada de reproducción.
Si bien este estudio utiliza los mejores
conocimientos disponibles para estimar los posibles impactos del cambio
climático, es imposible predecir el futuro con certeza. Este estudio se
suma a otros que sugieren que la acidificación inducida por el hombre y
la pérdida de hielo marino pueden afectar a las poblaciones de krill
antártico.
27/09/13
FIS.COM
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