Japón, China y Corea del Sur lideran las patentes de macroalgas
Las
algas, tradicionalmente cultivadas para el sector de la alimentación,
son recursos marinos accesibles porque crecen en las zonas costeras.
Estos cultivos se incrementan un 7,5% de media cada año y se han
convertido en una parte importante de la acuicultura marina gracias a la
diversificación de la demanda de productos basados en macroalgas para
bioenergía, cosméticos y biomedicina.
Esta
y otras conclusiones se desprenden de un estudio liderado por el
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que profundiza en
la distribución de patentes de productos y aplicaciones derivados de
macroalgas entre los distintos países del mundo. El
concluye que Japón, China y Corea acaparan el 84% de las patentes de
macroalgas, una cifra que contrasta con la de otros países asiáticos
como Filipinas, Indonesia y Vietnam, que también se hallan entre los
primeros productores del mundo en este de algas.
El
trabajo, publicado en la revista Nature Biotechnology, analiza el
número de patentes de macroalgas registradas entre 1980 y 2009. Los
investigadores han comparado esta distribución con la capacidad de (toneladas producidas por país) y con el esfuerzo implicado en el estudio de su cultivo (número de científicos relacionados con la acuicultura de estas algas).
A
pesar de la alta producción que llevan a cabo países en vías de
desarrollo de Asia y África, son las naciones que invierten esfuerzo en
investigación, como Japón, China y Corea del Sur, las que acaparan las
patentes. Países como Estados Unidos y Francia lideran el resto del
mercado, a pesar de no ser productores. "Por el contrario, países como
Filipinas o Indonesia, importantes productores, pero con una inversión
baja en investigación, no tienen patentes registradas", resalta Inés
Mazarrasa, investigadora del CSIC en el Instituto Mediterráneo de
Estudios Avanzados.
"Antes
del estudio esperábamos que, dada su mayor accesibilidad, el mercado de
patentes de macroalgas estuviese más homogéneamente repartido entre
países productores. Además, el incremento de la demanda de nuevos
productos y aplicaciones de las macroalgas podría abrir una posibilidad
para que los países tradicionalmente productores puedan sacar partido de
su capacidad de producción de macroalgas", precisa la investigadora del
CSIC.
El
estudio resalta el papel de la investigación como motor del desarrollo
biotecnológico y abre una vía nueva de cooperación con los países en
desarrollo que tradicionalmente han sido productores de macroalgas. "La
colaboración científica y la inversión es esencial para potenciar una
elaboración de productos más sofisticados y un desarrollo sostenible a
partir de sus propios recursos naturales, como promueve la Convención de
la Diversidad Biológica. De no producirse, estos países quedarían una
vez más fuera de un mercado emergente, a pesar de dominar la producción
de la materia prima en pro de otras naciones, que acabarían sacando un
mayor beneficio patentando productos y procesos derivados", indica la
investigadora del CSIC.
Aunque
la tasa de descubrimiento de nuevas especies marinas es baja (0,93% al
año), el número de especies marinas domesticadas se incrementa a un
ritmo del 3% anual. El número de productos naturales de origen marino,
como cosméticos, enzimas industriales o genes derivados de organismos y
las patentes de genes del océano crecen, respectivamente, a un ritmo del
4% y 12% al año.
15/07/13
MADRI+D
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