Tecnología
El robot que «siente» como un pez
Un nuevo tipo de robot subacuático diseñado en imitación a la naturaleza acaba de ver la luz.
Su ventaja es que la eficacia de la propulsión de estos vehículos
biomiméticos y su maniobrabilidad son muy superiores a las de sus
antecesores debido a que el diseño aplicado trata de imitar las
soluciones que propone la naturaleza.
El prototipo ha sido
diseñado gracias al proyecto FILOSE ("Robotic fish locomotion and
sensing"), que recibió fondos europeos para solventar un escollo en el
diseño de robots subacuáticos: comprender cómo perciben los peces el
entorno en el que se desenvuelven, según informa la agencia de la UE Cordis.
Un
pez en su entorno natural es capaz de sentir las corrientes de agua a
su alrededor y reaccionar a cambios en los patrones de las mismas. Los
socios de FILOSE, dirigidos por el Centro de Biorrobótica de la
Universidad de Tecnología de Tallin (Estonia), consideraron que una vez comprendiesen los mecanismos por los que se mueve un pez podrían aplicar sus conocimientos a la mejora de los robots subacuáticos.
Una
de las herramientas experimentales de mayor importancia para FILOSE
consistió en un prototipo de robot que se asemeja a un pez y se comporta
como tal. El "pez FILOSE" se asemeja a una trucha arcoíris en cuanto a
forma y comportamiento. Las truchas presentan un movimiento de nado
subcarangiforme mediante el que avanzan creando ondulaciones en la parte
trasera de su cuerpo mientras que la delantera permanece prácticamente
rígida.
La cola del pez FILOSE se pone en movimiento
gracias a una especie de servomotor ubicado en su tórax. El movimiento
serpenteante creado recorre el cuerpo del robot y lo impulsa hacia
delante. Los investigadores de FILOSE pueden cambiar la cola del pez
para investigar de qué forma las propiedades de distintos materiales
afectan a la eficiencia y el patrón de nado del robot. La cabeza del robot es estanca y contiene sensores y la electrónica que controla los mecanismos del pez artificial.
Los
resultados del proyecto han sido revolucionarios. El equipo logró
desarrollar el primer robot subacuático capaz de detectar corrientes
dotado de navegación asistida por la propia corriente y relativa a esta.
Un paso clave de la fase de diseño consistió en el desarrollo de una
célula ciliada artificial que imita la fisiología detectora de las
naturales.
El proyecto también creó instalaciones de
investigación hidrodinámica y formó a personal para que continuasen las
labores puestas en marcha por FILOSE.
En
conjunto, los resultados obtenidos podrían dar lugar a tecnologías
subacuáticas innovadoras que podrían contribuir a la mejora de una
amplia gama de actividades como las realizadas por las industrias
petrolífera y del gas, las labores humanitarias de eliminación de minas
sumergidas, las operaciones de búsqueda y rescate, las actividades
antiterroristas, la vigilancia de puertos, la seguridad marítima, la
gestión de la pesca, etc. Todas ellas podrán disfrutar de robots
subacuáticos más eficientes y de mayor rendimiento.
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