martes, 4 de junio de 2013

Observación de Cassini. Indicios de un océano subsuperficial en la luna de Saturno Dione

Observación de Cassini. Indicios de un océano subsuperficial en la luna de Saturno Dione

Científicos creen que Dione puede ser una "imitación" de su compañera, en la órbita de Saturno, Encelado. "Puede tener más agua que muchos mundos activos"
La sonda espacial Cassini de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), ha observado indicios de la existencia de un océano bajo la superficie de la luna de Saturno conocida como Dione. Los astrónomos siempre han visto a este satélite como una bola blanca (recubierta de hielo), sin vida, pero gracias a las imágenes obtenidas de una de sus montañas, de 800 kilómetros de largo, ahora se cree que esta luna tuvo actividad en el pasado e, incluso, puede estar activa en la actualidad.
   Científicos creen que Dione puede ser una "imitación" de su compañera, en la órbita de Saturno, Encelado. "Puede tener más agua que muchos mundos activos", ha explicado la autora principal del trabajo, Bonnie Burattie, en referencia a la propia Encelado a la luna Titán o a la luna de Júpiter Europa, de las que se cree que tienen un océano de agua en su interior.
   Todos estos satélites han sido objetivos interesantes para los geólogos y los científicos que buscan los componentes básicos de la vida en el Sistema Solar en otro lugar. La presencia de un océano bajo la superficie de Dione impulsaría el potencial astrobiológico de esta bola que, hasta ahora, era un "cuerpo aburrido".
   Los indicios de actividad de Dione han llegado recientemente de Cassini, que ha estado explorando el sistema de Saturno desde 2004. Concretamente, el magnetómetro de la nave espacial ha detectado una corriente de partículas débil que llega desde la luna, y las imágenes han mostrado evidencia de un posible líquido o capa fangosa bajo su corteza de hielo duro.
   La montaña examinada en esta investigación, que ha sido publicada en 'Icarus', se llama Janículo Dorsa y tiene una altura que ronda los 2 kilómetros de altura. La corteza de la luna parece arrugarse bajo esta montaña hasta aproximadamente 0,5 kilómetros. "La flexión de la corteza bajo Janículo Dorsa sugiere que la corteza helada era cálida. La mejor manera de conseguir calor es que Dione tuviera en su subsuelo un océano cuando se formó", ha explicado uno de los autores, Noah Hammond.
   Con esta investigación, los científicos también han podido comprobar que los océanos subsuperficiales líquidos parecen ser comunes en estos satélites helados, un hecho que, según han apuntado, alimenta la esperanza de que otros mundos helados que se van a explorar en un futuro cercano --como los planetas enanos Ceres y Plutón-- puedan tener también océanos debajo de sus cortezas.

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