miércoles, 20 de junio de 2018

La capacidad de matar inesperadamente eficiente que poseían las crías de algunos de los primeros depredadores


Algunos de los depredadores más antiguos que acechaban en los océanos hace más de 500 millones de años figuraron también entre los animales más grandes que vivieron en esa época. Sin embargo, un nuevo análisis de fósiles indica que sus diminutas crías eran también asesinos expertos.

La investigación es obra del equipo internacional de Jianni Liu, de la Universidad del Noroeste en Xi'an, China.
El grupo de animales conocido como Arthropoda, que incluye, entre otros, a arañas, insectos y crustáceos, ha sido a menudo la inspiración que se encuentra detrás de muchos monstruos de la ciencia-ficción, sobre todo debido al miedo que dan sus apéndices.Algunos de los más antiguos y más primitivos relacionados evolutivamente con ellos y pertenecientes al orden Radiodonta, eran animales armados con grandes apéndices espinosos que servían para agarrar y que se hallaban en la parte delantera de la cabeza, y tenían también una boca circular con estructuras parecidas a dientes. Estos animales, incluyendo el famoso Anomalocaris, están considerados como los depredadores que estaban en la cima de la cadena alimentaria de su época. Alcanzaban longitudes de más de un metro, lo cual, teniendo en cuenta los tamaños corporales de la fauna de aquellos tiempos, define a estas bestias como gigantes.

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Representación artística de un espécimen inmaduro (delante) y uno adulto (detrás) de Lyrarapax unguispinus cazando bajo el agua. Los tamaños relativos están basados en los especímenes más pequeño (longitud: 1,8 centímetros) y más grande (longitud: 8 centímetros) conocidos de L. unguispinus. (Imagen: © Science China Press)




Hasta ahora, prácticamente no se sabía nada acerca de las crías de los radiodontos y sus hábitos alimentarios. El descubrimiento de los restos excepcionalmente bien conservados de un individuo joven de una especie llamada Lyrarapax unguispinus, aporta nuevos y reveladores datos sobre este emblemático grupo de artrópodos fósiles. Los restos provienen del yacimiento paleontológico de Chengjiang, situado en el sudoeste de China y rico en fósiles del Cámbrico temprano (de hace 518 millones de años)

Con solo 18 milímetros de longitud corporal total, este espécimen casi completo representa el radiodonto más pequeño jamás encontrado. Para sorpresa de los autores del nuevo estudio, su anatomía estaba ya extraordinariamente desarrollada, en especial sus apéndices espinosos para agarrar, lo que le proporciona la apariencia de un adulto en miniatura. Esto indica que el Lyrarapax unguispinus era un depredador bien equipado en su etapa de desarrollo inicial, de manera similar a artrópodos modernos como las mantis religiosas, las galeras y los arácnidos.

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