La
Gran Mancha Roja es la característica más notable en la superficie de
Júpiter. Es una tormenta cerca de 20.000 kilómetros de largo y 12.000
kilómetros de ancho, un tamaño alrededor de dos a tres veces más grande
que la Tierra.
El misterio de por qué la Gran
Mancha Roja de Júpiter no desapareció hace siglos podría ser resuelto
ahora, tras un estudio elaborado por expertos de Harvard, cuyos
hallazgos podrían ayudar a revelar más pistas sobre los vórtices en los
océanos de la Tierra y los viveros de estrellas y planetas.
La Gran Mancha Roja es la característica más notable en la
superficie de Júpiter. Es una tormenta cerca de 20.000 kilómetros de
largo y 12.000 kilómetros de ancho, un tamaño alrededor de dos a tres
veces más grande que la Tierra. Los vientos en sus bordes ovalados
pueden alcanzar hasta los 680 kilómetros por hora. Esta tormenta gigante
fue registrada por primera vez en 1831, pero pudo haber sido
previamente descubierta en 1665.
"Sobre la base de las teorías actuales, la Gran Mancha Roja
debería haber desaparecido después de varias décadas", ha apuntado uno
de los autores del trabajo, Pedram Hassanzadeh, quien ha precisado que,
"en cambio, ha estado allí durante siglos".
Según ha explicado, vórtices como la Gran Mancha Roja pueden
disiparse por pérdida de energía debido a muchos factores. Por ejemplo,
las ondas y turbulencias en los alrededores de la tormenta o por
radiación de calor. Del mismo modo, ganan energía y sobreviven por la
absorción de vórtices más pequeños. En este sentido, el experto ha
indicado que "esto no ocurre con la suficiente frecuencia como para
explicar la longevidad de la Mancha Roja".
Para ayudar a resolver el misterio el equipo de esta
investigación, el equipo ha desarrollado un nuevo 3D de alta resolución
de la computadora modelo de grandes vórtices, que se centran
generalmente en remolinos de vientos horizontales, donde reside la mayor
parte de la energía.
Gracias a este trabajo, los investigadores encuentran que, pese a
lo que se creía, los flujos verticales son la clave para la longevidad
de la Gran Mancha Roja. Cuando la tormenta pierde energía, los flujos
verticales mueven los gases calientes y fríos dentro y fuera de la
tormenta y restaura parte de la energía del vórtice.
El modelo creado por el científicos también predice que los flujos
radiales que chupan los vientos de alta velocidad de las corrientes en
chorro, alrededor de la Gran Mancha Roja hacia el centro de la tormenta,
ayudan a que esta dure más tiempo.
"Este modelo no explica por completo la larga vida de la Gran
Mancha Roja, pero sugiere que las fusiones ocasionales con vórtices más
pequeños pueden ayudar a prolongar la vida de la tormenta gigante", ha
añadido Hassanzadeh.
AYUDA PARA LOS OCÉANOS TERRÍCOLAS
Pero este no es el único vórtice misterioso. De hecho, los
vórtices en general, incluyendo los de los océanos y la atmósfera de la
Tierra, a menudo viven mucho más tiempo que las teorías actuales pueden
explicar. Por ello, el Hassanzadeh cree que esto que ocurre en la
superficie de Júpiter puede dar pistas a lo que sucede en la Tierra.
Juntos, los vórtices --ya sea en Júpiter o en los océanos de la
Tierra-- pueden decaer hasta 100 veces más lento de lo que los
investigadores pensaban previamente. "Algunos vórtices en los océanos se
ha observado que una duración de varios años y se cree que juegan un
papel importante en el ecosistema oceánico", ha declarado el experto a
'Space.com'.
Además, "se cree que los vórtices con la física muy similar a la
Gran Mancha Roja contribuyen a la formación estelar y planetaria, lo que
les obligaría a durar varios millones de años", ha concluido.
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