¿Red Nautilus?
Según el Índice de
Objetos Lanzados al Espacio Exterior, elaborado por la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior (en
inglés, UNOOSA), hay 4.921 satélites orbitando en la
actualidad. Siempre comprendiendo de la necesidad imperiosa de establecer una comunicación
global entre La Humanidad para sus
diferentes necesidades, no deja de parecer extraño desde mi punto vista que se
dedique tampoco presupuesto en Naciones Unidas, y resto de organismos internacionales a la
presencia de balizas tecnológicas en
los océanos.
El mar y el calentamiento global, con su vertiente
más tremenda y llamativa como es el deshielo,
los tsunamis, como el ocurrido en el
océano Índico en el 2004 con un saldo devastador de
muertos, o el accidente de la central nuclear Fukushima en 2011,
provocado por un tsunami que
asolo las costas de Japón, y que una de sus consecuencias
fue la emisión de agua radiactividad
al océano Pacífico en grandes
cantidades. Sucesos que nos hacen reflexionar sobre la necesidad de una mayor
presencia de artefactos tecnológicos
para la investigación, prevención y alerta de sucesos acaecidos en los océanos o que podrían suceder.
Por ello consideró que sería muy importante el establecimiento
de una red de balizas autónomas que
fueran desplazadas por las corrientes
marinas y que dotadas de alta
tecnología pudieran moverse en cualquier cota marina, así como poder desplazarse
autónomamente si fuera preciso. Capaces de detectar cualquier movimiento
sísmico, desplazamiento de masa de
agua, que tuvieran instrumentos
científicos para evaluar la temperatura
del mar, las condiciones meteorológicas
de la zona, así como articulada con brazo
robótico pudiera recoger muestras u
organismos de la mar, siendo capaz de poder analizar si el agua está
contaminada o no. Además de ello debería de contar con un equipo de salvamento que pudiera garantizar su flotabilidad
en caso de accidente, así como dotarla de un emisor de frecuencias como las cajas negras de los aviones por si
fuera preciso su localización.
Por otra parte debería contar con tecnología suficiente para una vez en superficie poder conectarse mediante satélite con el centro de instrucciones, así como con el resto de balizas, si se lograse también sumergida mejor. También debería tener equipos de detección submarina y localización, así como de asistencia a barcos u otro tipo de naves con necesidad auxilio. Esto contribuiría en gran medida, al seguimiento del estado de la mar en general tan importante por sus índices de contaminación y por la problemática tan importante que hay con el denominado calentamiento global y como afecta tan directamente a la biosfera marina.
Esta baliza también
podría colaborar con proyectos de
seguimientos de especies marinas, o facilitar información a los barcos de
la zona sobre las estados y condiciones
del mar en ese momento, además de poder ayudarles en caso de naufragio
con dispositivos complementarios
de primeros auxilios, refugio, etc.
es decir convertible a una plataforma
auxiliar donde puedan en un momento dado refugiarse y organizarse. Siempre psicológicamente es muy
importante que las tripulaciones
sepan que tienen una posibilidad de
asistencia en medio de la mar océana.
Por último cabe recordar que en estos tiempos que corren
donde los vehículos autónomos no
tripulados están alcanzado un nivel
científico y tecnológico tan elevado y con una posibilidad de prestaciones tan diversas. Este proyecto universal sería un desafío muy
interesante para aquellas empresas e
instituuciones que estén actualmente afrontados retos tan importantes de desarrollo científico y tecnológico.
Dn. Salvador Lechuga Lombos
Pres. de Aprocean
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