Entrega del podcast Zoo de Fósiles, a cargo de Germán Fernández Sánchez, en Ciencia para Escuchar, que recomendamos por su interés.
Hace casi dos siglos, en 1830, el juez George Ranken encontró fósiles de marsupiales en las cuevas de Wellington, situadas ocho kilómetros al sur de la localidad australiana del mismo nombre, a unos trescientos kilómetros tierra adentro de Sídney. Las cuevas habían actuado como trampa natural durante mucho tiempo, y estaban llenas de fósiles.
Poco después, Ranken regresó a las cuevas acompañado por el explorador escocés Thomas Mitchell, por entonces director del servicio cartográfico de Nueva Gales del Sur. Durante la exploración de las cuevas, uno de los miembros del equipo ató una cuerda a un saliente, que se rompió cuando intentó descender. El saliente resultó ser el fémur de una enorme ave.
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