jueves, 12 de septiembre de 2013

Primer atlas mundial del plancton marino

ueves, 8 agosto 2013
Microbiología

Primer atlas mundial del plancton marino

En un proyecto de colaboración internacional, un equipo de científicos ha registrado los lugares del mundo donde suele concentrarse de forma más significativa el plancton oceánico, así como sus niveles de concentración y las épocas del año en que ello ocurre. Todos estos datos han sido recopilados en un atlas global que cubre la actividad de organismos que van desde las bacterias hasta el krill, pequeños crustáceos marinos similares en aspecto a los camarones, langostinos o quisquillas.

Los océanos cubren el 70 por ciento de la superficie de la Tierra. La flora y la fauna que habitan en esta masa colosal de agua han sido relativamente poco estudiadas con respecto a las que habitan en los ecosistemas terrestres. Hasta ahora, era muy poco lo que se sabía acerca de la distribución del plancton, formado por los organismos que son demasiado pequeños para nadar contra las corrientes oceánicas. La situación parece que va a comenzar a cambiar ahora.

En un proyecto de gran envergadura coordinado por investigadores del ETH (Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zúrich, también conocido como Escuela Politécnica Federal de Zúrich) y la Universidad de East Anglia (del Reino Unido), científicos de numerosas universidades unieron fuerzas para llevar a cabo un estudio sobre cuándo y dónde aparece el plancton, y qué especies son las que están más presentes, a fin de intentar determinar cuánto carbono es absorbido por él.

En total, recogieron datos de 500.000 ubicaciones de todo el globo terráqueo. La información recopilada incluye datos sobre la biodiversidad y la biomasa del plancton.

El paso final ha sido reunir toda esa información en un atlas global, publicado recientemente bajo el nombre de MAREDAT, y que proporciona información sobre organismos que van desde el fitoplancton y bacterias de apenas un picómetro (o la millonésima parte de un micrómetro, que a su vez es la millonésima parte de un metro) hasta animales del zooplancton, con tamaños del orden de los centímetros, tales como el krill y otros crustáceos pequeños.

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A la izquierda, Globorotalia truncatulinoides. A la derecha, Phaeocystis globosa. (Fotos: Izquierda: © Ralf Schiebel, Universidad de Angers, France. Derecha: Peter Countway, Laboratorio Bigelow de Ciencias del Océano en Maine, Estados Unidos)

Por muy pequeños que sean esos seres, son tan numerosos que el conjunto de su población es lo bastante masivo como para otorgarles un papel crucial en los océanos: Por una parte, el plancton es una fuerza motriz importante de los ciclos biogeoquímicos globales, y por otro lado, forman la base de las cadenas alimentarias en los ecosistemas marinos.

Por ejemplo, el fitoplancton absorbe CO2 para realizar la fotosíntesis, enriquece de oxígeno la atmósfera y transporta gran parte del carbono absorbido hacia las profundidades de los océanos cuando estas criaturas mueren y se hunden hasta el fondo. De esta manera, el fitoplancton elimina CO2 de la atmósfera y contribuye a una correcta regulación del clima global. El plancton también controla el ciclo marino del nitrógeno y puede incluso influir en la formación de las nubes por medio del ciclo del azufre. El zooplancton, incluyendo animales como el krill, es una fuente importante de comida para ballenas, diversos peces y otras especies marinas de posiciones altas en la cadena alimentaria, que a su vez son una fuente de alimento o de otros recursos para el Ser Humano.

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