lunes, 11 de enero de 2016

La ruta de los barcos hundidos en España

La ruta de los barcos hundidos en España
Buques mercantes, de pasajeros e incluso portaviones duermen bajo nuestras aguas, protagonistas de crudas historias de hundimientos    -   El puerto de Cartagena vivió el hundimiento más trágico durante la Guerra Civil cuando los disparos comunistas hundieron un barco ahogando a 1.500 personas
Arancha Moreno | En uno de los parajes más salvajes de la Costa da Morte, la Punta do Boi, descansa el HMS Serpent, un crucero de tercera clase de la Royal Navy de Reino Unido que se fue a pique la madrugada del 10 de noviembre de 1890. Tres años después de su botadura, su capitán, Harry L. Ross, se enfrentó a uno de los enemigos más temidos de los marinos: la fuerza de la naturaleza y la oscuridad.
Ni los oficiales que hacían guardia aquella fatídica noche, ni los vigías apostados en los mástiles del crucero advirtieron las indicaciones luminosas del Faro Vilán. El barco no logró sortear las afiladas rocas y los botes salvavidas se desintegraron al impactar contra ellas. De los 175 marinos ingleses, sólo tres consiguieron llegar a nado a la costa. 
La huella de aquella tragedia está en el Cementerio de los ingleses de Camariñas, lugar mágico situado entre la Punta do Boi y la Punta da Cagada. Un pequeño camposanto rodeado de muros de piedra donde reposan los restos de los marineros del Serpent, a muy pocos metros de las rocas donde llegaron los cadáveres durante el invierno. Todavía hoy, algunos barcos de la Royal Navy disparan salvas al aire cuando pasan cerca del cementerio, en su memoria.

Un Titanic encallado en la Playa de Gures
El Great Liverpool era uno de los vapores más lujosos del año 1846. Regresaba de Alejandría con 80 pasajeros multimillonarios, cargado de marfil, pieles de cocodrilo, seda y café, cuando a la altura de Fisterra se rompió el timón. El capitán logró controlar el barco, pero no pudo evitar que impactase contra los acantilados y quedó embarrancado junto a un arenal cercano a la Playa de Gures, en la entrada a la ría de Corcubión.
Todos los pasajeros del Great Liverpool lograron sobrevivir, salvo una niña de siete años y dos mujeres que se ahogaron durante el rescate
A pesar de la resaca marina, todos los pasajeros lograron sobrevivir, salvo una niña de siete años y dos mujeres que se ahogaron durante el rescate. Los vecinos de las aldeas próximas se emplearon a fondo para acoger en sus casas a los pasajeros. Dos días después del naufragio, el capitán de la nave se suicidó, algunos dicen que porque estaba enamorado de una de las mujeres ahogadas y otros, por temor a arruinarse y a su honor dañado.
Parte de la valiosa mercancía logró salvarse, el resto duerme en las profundidades. El Museo do Mar de Vigo albergará en las próximas semanas una exposición permanente sobre arqueología subacuática en aguas de Galicia donde podrán verse muchos de aquellos objetos.

El reciente hallazgo del Deltebre I
El Deltebre I era un barco de transporte militar de la armada inglesa que procedía de Alicante y que se hundió en la desembocadura del Ebro en 1813, en plena Guerra de la Independencia. Formaba parte del convoy militar que participó en el asedio de Tarragona, dirigido por uno de los ases de la marina inglesa: el contralmirante Howell, quien pretendía parar el suministró francés en la zona de Cataluña. La operación fue un fracaso, y cuando los barcos ingleses se retiraban fueron sorprendidos por un tremendo temporal en el que muchos desaparecieron.
Hace siete años un pescador encontró en el sur de Tarragona restos de una nave de grandes dimensiones, y tras informar a las autoridades, el Centro de Arqueología Subacuática de la Generalitat puso en marcha una excavación, confirmando que el pecio sumergido era el Deltebre I. Un hallazgo de gran valor científico, ya que la nave estaba en muy buen estado y no había sido expoliada por los cazatesoros. Parte de sus restos pueden contemplarse en el Museo Arqueológico de Tarragona, entre ellos una botella de vino sin descorchar encontrada en el barco.

El Hundimiento del SS Sirius en Cabo de Palos
El SS Sirius era un barco italiano de pasajeros que cubría la ruta entre Génova y Sudamérica. El transatlántico zarpó el 2 de agosto de 1906 con cientos de inmigrantes que querían hacer fortuna en América, sobre todo en países como Argentina y Brasil.
Dos días después de zarpar, próximo a las costas de Cartagena, el capitán cometió un gran error: pasó muy cerca de las Islas Hormigas, una zona de poca profundidad. Sin hacer caso a las advertencias de peligro que indicaba el faro de Cabo de Palos, el barco sufrió un gran golpe con el bajo de fuera y quedó varado. El impacto provocó una gran explosión de las calderas de la nave, por lo que los miembros de la sala de máquinas murieron abrasados.
Los pescadores locales de Cabo de Palos se lanzaron al agua y rescataron a más de 500 supervivientes, la mayoría italianos. Entre los héroes estaba Vicente Buígues, patrón del laúd Joven Miguel, que salvó a cientos de personas colocando unos tablones de madera entre su nave y el transatlántico hundido. Su ayuda le valió la condecoración del rey Alfonso XIII.
Algunos testimonios indican que el capitán fue de los primeros en salir del barco en un bote salvavidas fletado para sus ayudantes más cercanos. Aunque las cifras no son exactas, unas 240 personas perdieron la vida en la tragedia.
Gran parte de los restos del Sirius se encuentran a unos 40 metros de profundidad en una zona declarada Reserva Marina. Acceder hasta allí no es tarea sencilla, ya que el buceo está restringido por el Gobierno de Murcia. En Cabo de Palos hay una placa que recuerda a las víctimas del hundimiento y a los pescadores murcianos que les ayudaron.

Cartagena, el hundimiento español más trágico
En marzo de 1939, con los últimos coletazos de la Guerra Civil, tuvo lugar el hundimiento más trágico en la historia de la navegación española. En la zona republicana había una guerra interna entre los partidarios de acabar con el conflicto, como Segismundo Casado, y los comunistas apoyados por el presidente Juan Negrín, dispuestos a luchar hasta el final.
Sin tiempo de reacción y con la radio averiada, el capitán no se enteró de que el puerto de Cartagena estaba en manos del enemigo, los diparos hundieron el barco
El puerto de Cartagena y las baterías costeras de la ciudad fueron escenario de duros combates entre estas dos facciones, algo que aprovechó el bando franquista enviando a más de 20.000 hombres a Cartagena en barco para apoyar a los sublevados y realizar allí el primer gran desembarco de la guerra. Pero no pudieron llevarlo a cabo. La 206 Brigada Mixta de la República consiguió apoderarse de las baterías costeras que habían caído en manos de los sublevados de Cartagena y disparó contra los barcos nacionales que se acercaban a puerto. El peor parado fue el Castillo de Olite, un buque civil reconvertido a militar durante la contienda. Sin tiempo de reacción y con la radio averiada, el capitán no se enteró de que el puerto de Cartagena estaba en manos del enemigo. Los disparos comunistas hundieron el barco en pocos minutos, ahogando a casi 1.500 personas e hiriendo a unas 300. Otros 200 marineros fueron hechos prisioneros.

El submarino nazi de Calpe
.El 28 de marzo de 1943, en plena II Guerra Mundial, cazas de la RAF con base en Gibraltar lanzaron numerosas cargas y hundieron el submarino alemán U-77. De los 47 marineros sólo 9 consiguieron sobrevivir, aferrándose a un bote salvavidas durante casi 48 horas a la deriva, hasta que les rescató un barco pesquero de Calpe.
Las víctimas fueron enterradas en el cementerio de Alicante, pero en 1983 fueron trasladados al cementerio alemán de Cuacos de Yuste (Cáceres). Aunque casi todos los pescadores de la zona conocían la existencia del pecio, en 2011 el grupo de investigadores de la Fundación Greenwich confirmaron que el U-77 todavía reposa a escasas millas del Peñón de Ifach.
Un portaviones en las costas de Granada
En 2002 un equipo de la BBC sacó a la luz un hallazgo insólito a pocos kilómetros de las costas de Granada. Un grupo de buceadores y arqueólogos ingleses se toparon con un pecio de grandes dimensiones que resultó ser un portaviones de la Royal Navy británica hundido durante la II Guerra Mundial. Se trata del HMS Ark Royal, construido por el astillero de Cammell Laird and Company y diseñado para portar un gran número de cazas que estaban situados en dos niveles de cubierta. El pecio había operado en zonas relevantes de la II Guerra Mundial en los frentes de Noruega y Malta, contribuyendo a la persecución del temido Bismark, uno de los buques estrella de la Armada nazi.
.El Ark Royal fue hundido el 13 de noviembre de 1941 a manos de un submarino alemán. Durante muchas millas, el submarino enemigo navegó por debajo del portaviones y de los buques que le escoltaban, haciendo creer a los oficiales que era una ballena, hasta que le disparó desde abajo, dañándole gravemente y obligando a toda su tripulación a ser evacuada. Horas después del ataque, el barco se iría a pique, aunque por fortuna sólo murió un tripulante. El submarino alemán logró escabullirse sin ser detectado.

El temporal que tumbó al Reina Regente en Tarifa
Entre los numerosos hundimientos de las costas gaditanas, hay uno que capta la atención de los historiadores de manera relevante: el Reina Regente, uno de los cruceros más modernos de la Armada española de la última década del siglo XIX.
Este barco viajó por todo el mundo conmemorando el Descubrimiento de América, hasta que emprendió su inesperado último viaje. El 9 de marzo de 1895 zarpó desde Cádiz destino Marruecos, pero un grupo de pescadores de Tarifa fueron testigos de cómo el crucero "daba grandes bandazos" en mitad de un gran temporal. Cuando las condiciones meteorológicas lo permitieron, la Armada española inició una operación de rescate del barco, pero el mar acabó con la vida de los 420 tripulantes del buque. Los restos del barco aún pueden verse en la playa de los Lances de Tarifa, donde se encuentra varada la caldera de la nave desde hace más de un siglo.

ESCAFANDRA/zoomnews

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