martes, 1 de octubre de 2013

El krill podría resultar muy afectado por el calentamiento global

El krill podría resultar muy afectado por el calentamiento global

El modelado de los efectos del aumento de la temperatura del mar en el océano Austral indica que el krill de las áreas cercanas a Georgias del Sur puede ser el más afectado de la región por los efectos del calentamiento global.
Mediante el uso de modelos estadísticos, un de investigadores del British Antarctic Survey (BAS) y del Laboratorio Marino de Plymouth evaluó el posible impacto de los aumentos de temperatura proyectados en el mar de Weddell, el mar de Escocia y el Pasaje Drake del sur. Esta región ya ha experimentado un calentamiento de la superficie del mar de 1 °C en los últimos 50 años. Y las proyecciones sugieren que la temperatura podría aumentar otro 1 °C más para finales del siglo 21.
En las primeras etapas de su , el krill requiere aguas profundas con baja acidez y un estrecho rango de temperaturas para que sus huevos eclosionen y se desarrollen con éxito. Después, las larvas se alimentan de las algas de la parte inferior del marino. El krill es especialmente sensible a la temperatura del mar en las zonas donde crecen como adultos, como por ejemplo alrededor de Georgia del Sur. Los adultos necesitan temperaturas adecuadas y una cantidad suficiente del tipo adecuado de alimento (fitoplancton de mayor tamaño) para crecer y reproducirse. Muchas de estas funciones ambientales esenciales (temperatura, acidez, hielo marino y disponibilidad de alimentos) podrían verse afectadas por el cambio climático.
Cuando los científicos modelaron los efectos esperados del aumento de la temperatura del mar, los escenarios más pesimistas sugirieron que el calentamiento podría reducir el hábitat de crecimiento del krill en general hasta en un 20%. Sin embargo, Georgia del Sur, que se encuentra dentro de la zona probablemente más afectada, podría tener una reducción del hábitat del krill tan alta como 55%.


Como Georgia del Sur es el de animales como los lobos marinos y los pingüinos macaroni, que dependen del krill, y de otros como los albatros de ceja negra, que comen grandes cantidades de krill, dicha reducción marcada en el hábitat del krill podría afectar de manera significativa sus poblaciones.
El krill se pesca comercialmente en el océano Austral, y aunque las capturas actuales son considerablemente menores al 1% de la biomasa estimada, existe el riesgo de que capturas altas en pequeñas escalas de espacio puedan reducir la disponibilidad de krill para los depredadores, como los pingüinos y lobos marinos.
Cualquier reducción en la disponibilidad de krill podría ser especialmente perjudicial durante la época de reproducción. Los autores de este sugieren que se podrían poner en práctica sistemas de gestión mejorados para garantizar que la pesca del krill tenga en cuenta tanto la demanda creciente de las capturas comerciales como el cambio climático. El cierre temporal de la pesquería de krill en las aguas de Georgia del Sur es un buen ejemplo de cómo la demanda de krill de los depredadores puede protegerse durante la temporada de reproducción.
Si bien este estudio utiliza los mejores conocimientos disponibles para estimar los posibles impactos del cambio climático, es imposible predecir el futuro con certeza. Este estudio se suma a otros que sugieren que la acidificación inducida por el hombre y la pérdida de hielo marino pueden afectar a las poblaciones de krill antártico.
27/09/13
FIS.COM

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